Cerca de las 3:30 de la mañana, el artista subió al escenario de Tonada y el Anfiteatro Municipal continuaba lleno. El feriado de los días lunes y martes por las festividades de carnaval, permitieron que la gente pudiera estirar un par de horas más su velada.
Con aires renovados, Luciano llegó desde el Festival del Camote de Guaymallén y reconoció que le provocó miedo ver la gran cantidad de público que se dio cita en el lugar. Aunque ya conocía al público de Tunuyán, pasaron tres años desde la última vez que el artista pasó por el departamento.
Durante una conferencia de prensa previa a su show de cierre, el cantante habló de las afirmaciones de un posible alejamiento del género folclórico. Luciano aseguró que así como un pintor no puede privarse de usar una paleta amplia de colores, él no puede privar a su voz de cantar “de todo”. “Me gusta la música y canto de todo […] no me voy a limitar ni encasillar nunca”, comentó.
El cantante dijo que nunca dejó de cantar folclore y que incluso en su último disco llamado “Con Alma de Pueblo”, intentó rescatar las vivencias de la cultura de los pueblos de Argentina. Manifestó que el material editado hace referencia a su enamoramiento por el pueblo de Lujan (Buenos Aires.
Para el artista, reivindicar al pueblo y la cultura de otros es muy importante. Afirmó que Cuyo tiene su homenaje dentro del disco con el tema “Soy mendocino”, una cueca que forma parte del contenido del material.
Sobre Tunuyán y su fiesta, el cantante expresó que la Tonada es maravillosa. Hizo hincapié en que es importante revalidar y difundir los pequeños festivales de toda la Argentina. Respecto a la aparición de nuevos artistas, Pereyra señaló que los medios de prensa tienen el poder de potenciar o no a un artista: “ustedes son los que deben dar más espacios a los nuevos artistas, en realidad están pero deben darles espacios”, opinó.
Sobre el escenario su show tuvo mucho ritmo. El cantante homenajeó a la provincia interpretando una cueca y el público se mantuvo hasta el final del recital reafirmando la admiración que Luciano todavía genera en Mendoza.