Lo hicieron basándose en la «falta de pruebas». El próximo jueves, el juez penal colegiado Diego Lusverti definirá el futuro de los imputados.
Si bien ya se encuentran en prisión domiciliaria, los curas del monasterio Cristo Orante -en Tupungato- buscan recuperar totalmente su libertad en el marco de la investigación por presuntos abusos sexuales que habría sufrido un seminarista hace una década.
Según informó Diario Uno, en la tarde de ayer se realizó una audiencia para que los acusados, Jorge Oscar Portillo de Dios y Diego Roque Moreno, expresen sus argumentos.
Mediante su abogado defensor, Eduardo De Oro, reclamaron un recupero de la libertad basándose en la falta de pruebas para sostener la prisión preventiva. Es que si bien el Cuerpo Médico Forense (CMF) constató que el denunciante tenía lesiones anales compatibles con la fecha en que habrían ocurrido los hechos, el joven de 26 años no se ha vuelto a presentar para ampliar su declaración en la causa -presentó un certificado psicológico recomendando no hacerlo-.
Además, para el abogado defensor no hay riesgo de fuga ni de entorpecimiento de la causa en caso de que los clérigos dejen de estar presos en un domicilio.
En contraparte, para la Fiscalía sí existe forma de que embarren la pesquisa ya que podrían amenazar a los testigos. En sintonía se expresó el abogado querellante Sergio Salinas.
Será el juez penal colegiado Diego Lusverti quien defina al respecto. Para esto, estableció un cuarto intermedio y en la tarde del próximo jueves resolverá la cuestión.
El caso
En los últimos días de 2018, dos curas fueron detenidos en el templo Cristo Orante, un monasterio ubicado en una zona de cerros en Tupungato conocido por su paisaje turístico y por la vida de clausura de sus monjes. Un joven de 26 años que fue seminarista en ese lugar denunció haber sido vejado por estas personas entre 2009 y 2015.
Roque y Portillo fueron detenidos e imputados por tres abusos sexuales -uno simple, uno con acceso carnal y otro en tentativa- agravados por su calidad de encargados de la guarda y dos hechos de corrupción de menores.
Estuvieron un tiempo alojados en el penal hasta que lograron obtener la prisión domiciliaria. En tanto que el monasterio fue cerrado por el Arzobispado a los pocos días.
Fuente: Diario Uno
Un comentario
Rezo por esa fiscal y ese Juez, que Dios ilumine sus mentes. Están actuando de manera injusta. Dos hombres de Dios presos y el querellante sin presentarse por stress…
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