Algunos son por quita de subsidios y otros por el ajuste de tarifas congeladas. Todos golpean al bolsillo.
El Gobierno prevé una serie de aumentos de precios en los servicios públicos y los combustibles. Algunos son por quita de subsidios y otros por el ajuste de tarifas congeladas que debían aplicarse durante el año, pero que se evitó efectivizar para no generar una reacción negativa durante la época electoral. Otros son aumentos programados, pero todos golpean al bolsillo y se aplicarán después del 22 de octubre.
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, tiene previsto convocar a una audiencia pública para un nuevo aumento en el precio del gas. Se realizaría a mediados de noviembre (en la semana del 13 al 17). En esa misma fecha se reconocerá otro incremento para transportistas y distribuidoras del producto así como el ajuste por precios mayoristas por el período abril-noviembre. Se estima que con todo esto, el alza total sea de más de 40% en las tarifas al público.
En noviembre, también, se realizará una audiencia para repensar la suba del servicio eléctrico. En este servicio se reverá la suba de del VAD, el retroactivo a las empresas distribuidoras y un reajuste al abastecimiento y transporte.
A fines de septiembre el Ministerio de Energía le comunicó a todos los actores del mercado de hidrocarburos que «con relación al Acuerdo para la Transición a Precios Internacionales de la Industria Hidrocarburífera Argentina», y en función de la dinámica de las cotizaciones externas, decidió liberar el precio de los combustibles, que «estaba previsto para el transcurso de 2017, mediante un sendero de convergencia que permitiera preservar las fuentes de trabajo y los ingresos de las provincias productoras de petróleo».
A partir de ahí, las empresas petroleras quedaron habilitadas para modificar el precio de venta de sus combustibles para el consumo del mercado automotor a partir de octubre. Pero ya trascendió que las petroleras estarían dispuestas a «estirar» una medida tan impopular para evitar mal humor antes de las elecciones. Así, el ajuste llegaría recién en noviembre. Bassano estimó que el incremento rondaría «entre el 8 y el 10 por ciento».