Las falencias aluvionales se agravaron por las últimas tormentas. En los 3 departamentos hay rutas destruidas y barrios anegados.
Las intensas lluvias que vienen castigando con dureza al Valle de Uco agudizaron la fuerte problemática aluvional que sufre la región.
A la necesidad de ciertas obras que ya se han constituido en reclamos históricos, ahora se suman nuevas falencias que el agua sacó a la luz y que urge remediar para evitar que se sigan inundando casas, anegando grandes áreas y deteriorando caminos y puentes, sobre todo en el pedemonte.
En la Cámara de Senadores presentaron un proyecto para apurar la solución al reclamo de los tupungatinos, que piden un puente sobre el arroyo Anchayuyo para no quedar varados en el ingreso a su departamento por Los Cerrillos.
La obra de un colector aluvional que frene el agua que inunda barrios y el oeste de la ciudad de Eugenio Bustos ya está adjudicada, pero falta que el nuevo gobierno le destine fondos.
Hidráulica avanza en la construcción de una alcantarilla sobre la calle Delinoski para que los vecinos de El Cepillo no terminen con sus casas bajo el agua.
Éstas son algunas de las cuentas pendientes, que se tornan en dolores de cabeza para los valletanos cuando se acerca la época estival. Con las últimas lluvias, aparecieron nuevos inconvenientes: numerosas calles de las áreas productivas fueron destruidas a causa de las crecidas.
El puente de la ruta 40 sobre el arroyo Guiñazú -en Tunuyán- resultó con serios daños en su calzada y numerosos badenes del Corredor Productivo se han vuelto intransitables.
La destrucción casi total de la calle Mago Correa, en el distrito de Los Árboles, fue el saldo de las últimas lluvias de diciembre. Héctor Rubio, de la 7ª Sección de Vialidad provincial, indicó que los inconvenientes más serios se dan en la zona productiva, hacia el Oeste. En las últimas semanas se dañaron puentes y arterias clave de la zona productiva: como La Puntilla, la calle Unión y la calle Ruano.
“Los deterioros fueron tan pronunciados que estas áreas se volvieron intransitables, debido al gran caudal de agua y el material de arrastre acumulado.
Tanta lluvia caída en poco tiempo y las modificaciones sobre cauces naturales que vienen realizando los emprendimientos en el pedemonte, llevan a que estas arterias funcionen como desagües pluviales y las consecuencias están a la vista”, manifestó Rubio, quien destacó que es complicado encontrar una solución estable.
El tema no es nuevo y preocupa a los lugareños. Cuentan con antecedentes suficientes como para estar alertas y los pronósticos para este verano no generan buenas expectativas. Sucede que el desmonte sin control, el desarrollo urbano y la implantación agrícola sin planificación, han aumentado los riesgos aluvionales.
A esta situación se suma el reclamo de algunos productores que cargan las tintas contra la falta de mantenimiento de los cauces de Irrigación. Años atrás, el organismo encaró un fuerte operativo de limpieza que dio grandes resultados pero estas tareas no se han sostenido en el tiempo.
Gracias a un plan de emergencia, Hidráulica pudo concretar algunas obras, como la construcción de un puente en Los Alamitos; una alcantarilla en la calle Delinoski, avance de un colector en Cápiz, etc. pero quedan algunos desafíos.
Uno de ellos es la construcción del colector Anhelos del Sol al Oeste de Eugenio Bustos, justamente donde se acumula el agua que baja por una finca y termina inundando el barrio nuevo que lleva ese nombre.
Fuente: Gisela Manoni/Diario Los Andes