Así lo comunicó Ricardo Funes, al frente de la Dirección de Turismo de la Municipalidad de San Carlos.
La Laguna del Diamante, ubicada en el departamento de San Carlos, Mendoza, se ha convertido en uno de los paisajes más convocados por vecinos y turistas.
Este paraíso natural, que compite por ser una de las 7 Maravillas de Argentina, se encuentra preservado en el marco de la Ley Provincial Nº 60245 de Áreas Naturales Protegidas.
La Laguna del Diamante conserva el espejo de agua que refleja el volcán Maipo, situado a 3.250 metros sobre el nivel del mar y que, al formar un rombo con su reflejo, da origen al nombre del lugar. En esta reserva se preservan fuentes de agua que irrigan el oasis productivo del Valle de Uco, uno de los más importantes del país.
Los visitantes no solo aprovechan este lugar para disfrutar y sacarse bellas fotografías, sino que también pueden realizar actividades de trekking, escaladas, pesca deportiva de salmónidos, entre otras.
Ricardo Funes, en comunicación con El Cuco Digital, contó que “se está trabajando con el objetivo de que la Laguna del Diamante sea un lugar reconocido como un espacio de senderismo en altura dentro de Mendoza” y agregó “deseamos que la gente pueda llegar hasta allí y que tenga servicio de acampe, de comida. Un día, dos, siete pero que se queden”.
“Queremos generar un gran cambio; queremos que el turista que visite la Laguna del Diamante no vaya por el día y vuelva, sino que sea un visitante que se quede dentro de la reserva. Nosotros estamos trabajando para que puedan escoger diferentes tipos de senderos y se queden a disfrutar y a realizar diversas actividades” apuntó Funes.
Por otro lado, el director de Turismo de San Carlos comentó: “Desde la Municipalidad, en convenio de colaboración con la Dirección de Recursos Naturales, hemos asumido la responsabilidad de la zona de camping, los baños, atención al turista, limpieza. Estamos mejorando todo el tiempo; en esta oportunidad el turista puede ir y encontrar una carpa para refugiarse del viento, puede también sentarse y comer algo. Hay un pequeño negocio donde el visitante puede comprar lo básico; quizás leña, combustible, lo que a veces termina faltando ahí en la zona; un negocito con artículos de primera necesidad”.
Por último, el funcionario concluyó contando que «se continuará trabajando para que la reserva sea un lugar reconocido en la provincia donde la gente pueda disfrutar de diversos senderos en altura».