En sintonía con la decisión a nivel Nacional, Mendoza implementará nuevos cambios en su enseñanza media.
En sólo siete años, la escuela secundaria mendocina atravesó procesos de cambios complejos que de manera reciente terminaron de echar raíces firmes en las instituciones: se volvió obligatoria y de cinco años; redujo las modalidades, sumó horas a materias de base; luego se dividió en dos ciclos -básico y orientado- y se sacaron las amonestaciones del régimen de convivencia.
A partir de ahora, la comunidad escolar iniciará un nuevo proceso de modificaciones que serán aplicadas de manera paulatina y de hecho hacia 2019 todas las provincias del país deberán contar con su plan e implementarlo.
Es que al igual que el resto de las jurisdicciones, Mendoza se hará eco de la decisión tomada por el Consejo Federal de Educación para aplicar los nuevos lineamientos propuestos a nivel Nacional.
Sara Lucero, directora de Nivel Secundario de la Dirección General de Escuelas (DGE), adelantó que la transformación que se busca, se concretará a través de la puesta en práctica de cuatro ejes fundamentales.
El primero consiste en lograr que los docentes en lo posible concentren su carga horaria en la misma institución, de manera que su tarea se ajuste a las necesidades de aprendizaje de los alumnos y el colegio.
Pero con esto también se quiere -según la funcionaria- “terminar con los docentes taxi”. Uno de los argumentos de esta iniciativa (que más adelante deberá ser sometida a debate de los educadores) es justamente evitar que los profesores tengan que ir de escuela en escuela con horas repartidas.
“Creemos que esto les será beneficioso”, explicó Lucero y aclaró que este primer eje de la secundaria que se desea implementar también requerirá de una mayor partida presupuestaria, ya que al mismo tiempo los educadores tendrían la posibilidad de acceder a un paquete horario mayor en el caso de quedarse más horas para dedicarlas a elaboración de proyectos o planificar.
El segundo aspecto que buscará trazar la provincia en las escuelas secundarias, tiene que ver una reducción de materias. En ese sentido, las modificaciones implicarán que los contenidos curriculares sean reformulados en función de las necesidades y realidad de cada escuela. Lo que se busca, en concreto, es que se garanticen los saberes prioritarios para el desenvolvimiento personal, social, cultural y productivo. “Queremos que los alumnos tengan herramientas para la vida y que el trabajo para comprender cada materia se efectúe de forma más integrada, no aislada como se ha venido haciendo”, evaluó Lucero.
Con el fundamento de bajar los niveles de deserción, evitar que los estudiantes repitan tantas veces hasta quedarse fuera del sistema y perfilar una escuela secundaria más adaptada a la dinámica de los tiempos que corren, la propuesta que buscará repicar Mendoza -y cada provincia a su tiempo- también implicará que la capacitación docente incluya la elaboración de proyectos institucionales.
Así, los docentes tendrían la posibilidad de aportar contenidos en función de las necesidades puntuales de sus alumnos, explicó la funcionaria.
Por ahora no hay fechas concretas a cerca de cuándo se iniciarán de manera efectiva estos cambios radicales, pero se espera que las primeras experiencias comiencen a partir del año que viene.
Lo que sí está claro, que la reforma educativa en el secundario también incluirá la exclusión del sistema de repitencia. Esto significa que los estudiantes no repetirán y volverán a cursar y rendir todas las materias del año, sino que avanzarán al siguiente dejando pendiente sus asignaturas no aprobadas.
La idea por ahora es aplicar un sistema de módulos de rendimiento que los propios alumnos podrán adaptar según sus ritmos y necesidades. “Que un estudiante repita el año no nos asegura calidad, sino que lleva a que el chico se desanime, se aburra y termine perdiendo tiempo hasta alejarse del todo de la escuela”, consideró Lucero en sintonía con las inquietudes que los responsables de educación de las 24 provincias plantearon en la última reunión del Consejo de Educación Nacional.
Justamente, el titular de la cartera educativa local, Jaime Correas, ayer se encontraba en Córdoba, en el marco de la reunión que convocó a las principales autoridades educativas.
Proceso paulatino
Un primer paso para hacer realidad las modificaciones consiste en mantener reuniones con los supervisores, directivos y especialistas en educación para contar con todos los aportes necesarios. Lucero aclaró en este sentido que será un trabajo compartido y que requerirá de un esfuerzo por parte de todos.
“La mirada estará puesta en mejorar la calidad de la educación, hacer la que la escuela sea más atractiva y en eso deben participar todas las partes”, dijo y puntualizó que cada provincia aplicará los cambios según sus recursos.
Por ahora, el área educativa mendocina se dedicará a analizar la situación administrativa y de planta existente y en base a ello se evaluarán las posibilidades para que los docentes puedan trabajar en más horas en la misma escuela, en lugar de repartir las horas en varias. Se apuntará a reforzar la capacitación. Lucero dijo que el mes que viene la Red Federal de Educación capacitará a 10 supervisores.
Ejes de la nueva escuela secundaria
Concentración de carga horaria. Se buscará unificar las horas para que los docentes estén en la misma institución. De este modo se espera que conozcan el proyecto institucional para adecuarse a él.
Reducción de materias. Los contenidos serán formulados en función de las necesidades de cada escuela y de manera interdisciplinaria.
Capacitación. Los docentes deberán contarán con formación para elaborar proyectos institucionales acordes a la realidad de su escuela.
No repitencia. Se eliminará la modalidad de repitencia y se reemplazará por la posibilidad de rendir los contenidos adeudados «por módulos».
Fuente: Los Andes por Zulema Usach