Ley de Identidad de Género
Por Alejandrina Zotelo
A pesar de que la Ley de Identidad de Género significó el alcance a la igualdad e inclusión jurídica para muchos y muchas, también representó para quienes reverencian la fe en Dios, una contradicción al dogma y a las Sagradas Escrituras. En este sentido el pastor Mario Benítez y el diácono Roberto Furlán expresan la postura de la Iglesia Evangélica y la Iglesia Católica.
Mario Benítez (Iglesia Evangélica): “Nos congregamos miles de personas en contra de esta ley”
Mario Benítez es pastor evangelista y predica en diversos lugares del Valle de Uco. Como referente de la Iglesia testimonia que durante el debate de la Ley, en principio por el Matrimonio igualitario, se opusieron realizando a nivel nacional diversas manifestaciones en distintos lugares del país donde se reunieron grandes multitudes de gente. No obstante considera que “no fue lo suficiente para impedirlo”. “Si bien nos congregaron miles y miles de personas en contra de esta ley, sabemos que solo 12 personas son las que tuvieron la decisión”, reflexiona.
Con respecto a la nueva Ley que permite que las personas trans accedan a la rectificación de sus datos registrales mediante un procedimiento rápido y sencillo sin pasar por una instancia judicial, Mario afirma que desde su religión no comparten tal normativa y que sus fundamentos se sustentan en la palabra de Dios, en las escrituras. Resalta que si bien Dios no hace excepción con las personas, que ama a todas por igual, el Señor está en contra de las relaciones homosexuales.
El pastor desde su convencimiento profesa que Dios creó al hombre y a la mujer para que se unan en una sola carne; que creó varones o hembras y “no tuvo términos medios”.
Es así que señala que la Biblia en sus escrituras advierte que aquellos que no cumplan con sus mandatos, serán despojados, “que serán echados de la presencia de Dios”. En este sentido considera que quienes mantienen relaciones con personas del mismo género pueden revertir su situación, que pueden recapacitar y entregarse a Dios. “La Biblia nos habla y nos dice que conoceremos la verdad entregándonos a él, y la verdad es Jesucristo”, afirma.
Asevera que es posible el cambio ya que existen casos que testimonian tal posibilidad; que como considera este “problema psicológico, mental o de espíritus que se posan sobre ellos” puede modificarse siempre y cuando las personas así lo resuelvan. “Las decisión de ver la presencia de Dios está en ellos” concluye.
Roberto Furlán (Iglesia Católica): “la iglesia no puede estar nunca contra la voluntad de Dios”
Tradicionalmente la Iglesia Católica se ha pronunciado ante los debates que se instalan socialmente. La Ley de Identidad de Género en tanto, no es la excepción y como es de público conocimiento la oposición ante la normativa es rotunda. En este marco Roberto Furlán, diácono de la Parroquia Inmaculada Concepción de La Consulta, desarrolla la posición de la institución religiosa y revela su percepción en relación a la tradicional polémica.
La Iglesia Católica es uno de los tradicionales organismos que ha congregado a millones de fieles durante años. Históricamente ha sido uno de los actores sustanciales en la formación educativa y religiosa de sus devotos.
En este contexto, consultado por la nueva ley que habilita al cambio de identidad a lesbianas, bisexuales, trans y gays, Roberto considera que “la iglesia no puede estar nunca contra la voluntad de Dios” y que por tal motivo muchos obispos manifiestan que las personas homosexuales transitan por cierto problema psicológico.
Del mismo modo asiente que la institución transmite lo que dictan las escrituras determinando que el hombre debe unirse a la mujer y que siempre va a considerar a otras situaciones como antinaturales. Al respecto el diácono resalta que esto “no significa que no esté dispuesta a acompañar, ayudar y apoyar a las personas que estén en esta situación”.
Furlán expone que la comunidad católica no desaprueba a nadie ya que” todas las personas tienen libertad y tienen una conciencia”. Para Roberto “la postura de la Iglesia siempre es ver a Dios como un ser supremo que nos ama y que por esa misma razón no puede condenar”. “Si la persona considera que lo que hace está bien, la iglesia no puede cambiar su conciencia. La Iglesia solo puede decir lo que dice Dios”, manifiesta.
Vale señalar que el referente católico repasa además, que en contraposición a quienes consideran que se trata de una cuestión de la psicología que puede ser conducida y modificada, existen fieles que adquieren una mirada desde la caridad que admite que las personas con conductas homosexuales tengan el derecho a enamorarse, por ejemplo.
Consecuentemente Roberto reflexiona que si bien el catolicismo tiene el deber de decir qué está bien y qué está mal, “las postura de la iglesia como representante de Dios siempre tiene que ser basada en entender a la persona desde el amor”, que no puede “juzgar y que nadie puede hacerlo en su misericordia porque solo él, en definitiva, es quien va a tomar una determinación”.
En este sentido y apelando a lo moral señala que el único que conoce a los seres en su totalidad es Dios y que, aunque puedan predicar su palabra, sólo Él puede percibir las acciones de los demás. De este modo concluye considerando que “cada persona es digna y es amada por Dios pero en la medida en que las personas no reconozcan su existencia, no se van a sentir amadas por nadie”.
Un comentario
clarisima la postura del pastor evangélico (aunque no la comparta)….La de Furlán….muy tibia,enredada y poco clara….si recuerdo una frase bíblica de Jesús……»a los tibios vomitaré….»…..por quiénes lo habrá dicho????
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