La mayoría de las versiones de los hechos coincidían en que Khadafi intentó huir de Sirte en un convoy de ochenta vehículos, pero fueron impactados por ataques aéreos de la OTAN. Los rebeldes hicieron el resto. (Fuente: Página 12)
Por David Usborne, Kim Sengupta,
Portia Walker, Cahal Milmo
y Richard Hall*
Después de un fuerte bombardeo de los aviones de la OTAN contra una caravana que se alejaba de la ciudad de Sirte, se conoció la muerte del líder libio, Muammar Khadafi. En un primer momento se dijo incluso que había muerto por las bombas de los países europeos que intervienen en el conflicto interno de Libia. Pero al final, el asesinato del hombre fuerte de Libia, que parecía escapar de las garras de los rebeldes que lo sacaron del poder, fue tan poco digno y brutal como aquellos de los que era acusado por los triunfantes rebeldes. Tras los iniciales rumores de ayer, acerca de que había sido capturado, se dispararon en los noticieros las versiones de que había muerto y surgió el video que lo mostraba siendo arrastrado de un camión y en manos de una multitud asesina, sangrando pero vivo.
Otro video posterior mostraba su cuerpo muerto en un charco de sangre en el pavimento, aparentemente con una herida de bala en la sien. Un alto funcionario libio dijo que se estaban llevando a cabo pruebas de ADN para confirmar que era él. Si Khadafi fue asesinado a pocos le importó. “Confirmamos que todos los males, además de Khadafi, se han desvanecido de este amado país”, declaró en Trípoli el primer ministro Mahmud Jibril, intentando poner un cierre a las incertidumbres que rodeaban la noticia que ya había sido rumoreada muchas veces antes. “Es hora de empezar una nueva Libia, una Libia unida”, añadió Jibril. “Un pueblo, un futuro.”
La sensación de un día de transformaciones fue aumentada por la noticia de que el ministro de Defensa de Khadafi, Abu Kakr Yunis, también había muerto y también el hijo del dictador Mo’tassim Khadafi. De otro hijo, Said al Ismal –en una época la cara más visible del régimen heredero de su padre–, también se rumoreaba que estaba muerto, aunque algunos afirmaban que había sido capturado o cercado. Aunque surgieron muchos relatos que competían, por lo menos era posible decir anoche que la cadena de hechos que llevaron a su muerte comenzó cuando la inteligencia occidental interceptó comunicaciones que sugerían que estaba en Sirte. Las fuentes de Defensa ayer le dijeron a The Independent que los combatientes del CNT (Consejo Nacional de Transición) habían puesto todas sus energías en penetrar el baluarte después de que fueron informados de las comunicaciones entre comandantes de los restos de las fuerzas del régimen.
La mayoría de las versiones de los hechos estaban de acuerdo en que Khadafi y sus partidarios intentaron huir de la ciudad en un convoy de 80 vehículos, pero fueron impactados por ataques aéreos de la OTAN llevados a cabo por aviones de guerra Mirage franceses. Pero altas fuentes militares de Estados Unidos aseguraron ayer a la cadena de televisión NBC que el convoy en el que viajaba Khadafi, de quince vehículos, fue atacado por un avión Predator no tripulado, un “drone” que lanzó un misil Hellfire, y después fue abordado por los rebeldes, que capturaron al dictador.
Khadafi estaba en la caravana, o cerca de ella, según los militares, pero al parecer logró salir por un tubo de drenaje cercano, donde fue capturado por las fuerzas de Consejo Nacional de Transición, que lo encontraron herido en ambas piernas. Cuando se acercaban, un vocero del consejo militar de Misrata, Fathi Bashaga, le dijo que el depuesto dictador preguntó: “¿Qué quieren?”. Aún no está claro si las heridas visibles de Khadafi las sufrió durante el ataque aéreo o a manos de sus captores.
De acuerdo con la emisora árabe Al Jazeera, Khadafi se encontraba escondido en una gran tubería de hormigón. Al ser descubierto por los rebeldes los enfrentó con una pistola. Algunas informaciones señalan que un joven de 16 años le arrebató el revólver y lo baleó en la cabeza. Las heridas que le provocaron la muerte las sufrió recién cuando lo trasladaban de Sirte a Misrata. Khadafi recibió un disparo en la cabeza y otro en el estómago. El ex líder libio no fue muerto a golpes, sino que murió cuando llegó al hospital de Misrata después de perder mucha sangre.
Pocas horas después de su muerte, el cuerpo del ex líder libio fue trasladado a una mezquita en la ciudad de Misrata. Esta información confirma que Khadafi será enterrado bajo el ritual islámico. Siempre según Al Jazeera, que se basa en reportes del gobierno de transición libio, el hijo de Khadafi, Mutassim, fue abatido en un tiroteo.
Los funcionarios occidentales insisten en que las misiones de la OTAN, que incluían aviones de reconocimiento de la RAF, no eran directamente responsables de la muerte del ex dictador. Pero la decisión de llevar a cabo ataques aéreos sobre las fuerzas leales huyendo era el resultado de un cambio de política de la OTAN en respuesta a las comunicaciones interceptadas.
Previamente, las fuerzas occidentales habían evitado tales ataques porque esos blancos no representaban una amenaza inmediata. Según algunas fuentes del CNT, fueron algunos guardaespaldas de Khadafi, acorralados y amenazados con ser ejecutados, los que revelaron su paradero.
En Bruselas, la OTAN insinuó que la muerte de Khadafi podría ser una señal del comienzo de una reducción de la operación militar internacional sobre los cielos de Libia. Un funcionario sugirió que una “retirada” de las operaciones podría comenzar las próximas semanas. El funcionario dijo: “Los hechos de hoy inducirán a la cadena de comandos del ejército a hacer una nueva evaluación. Si la decisión es terminar las operaciones, se hará en forma gradual. Las operaciones militares muy rara vez finalizan. Uno se toma tiempo para estar absolutamente seguro de que el fuego se extinguió”. Al ser cuestionado sobre el rol que tendrán, ahora que Khadafi ha muerto, las fuerzas británicas en Libia, un vocero del Ministerio de Defensa dijo: “Tenemos que dejar que el polvo se asiente y ver qué pasa con el resto de los leales a Khadafi. Nuestra parte en las operaciones de la OTAN continuará hasta que no sean más necesarias”.
Los espasmos finales de violencia en Sirte fueron transmitidos a una aturdida nación y a los televidentes de todo el mundo. El video de un celular fue pasado en los canales de noticias de todo el globo, aparentemente tomado por un combatiente rebelde, mostrando el cadáver sangrante y desnudo de Khadafi tirado en una sábana. Tenía 69 años y había gobernado durante 42. Muchos en Libia están asombrados de que Sirte fuera su último escondite y hace mucho que sospechaban que, o bien había huido del país o estaba escondido en remotas regiones del desierto en el sur, cerca de las fronteras con Argelia y Níger.
Mientras la euforia explotaba en las calles de Trípoli y otras ciudades libias, el primer ministro británico, David Cameron, dijo que era un día para recordar a todas las víctimas de Khadafi, en referencia al pueblo libio y a las víctimas del avión de Pan Am 103 que explotó en el aire. La desaparición de Khadafi para el futuro de Libia también significa un espaldarazo preelectoral para el presidente estadounidense Barack Obama, después de un verano con escasas señales de que los rebeldes se impondrían. Hablando en la Casa Blanca, anoche, dijo que la sombra oscura había desaparecido. “Este es un día importante en la historia de Libia”, dijo antes de dirigirse al pueblo del país directamente con las palabras: “Ustedes han ganado esta revolución”.
Las noticias del sangriento fin de Khadafi motivaron que Amnesty International pidiera una investigación sobre la forma en que murió Khadafi.
El primer ministro de Libia del CNT, Mahmud Jibril, dijo que los nuevos gobernantes anunciarán mañana oficialmente el inicio de la etapa de transición hacia un Estado democrático. El presidente del CNT, Mustafá Abdul Jalil, lo hará en Sirte, la ciudad natal de Khadafi. A partir de entonces, en el transcurso de 30 días se formará un nuevo gobierno de transición. Ocho meses después se convocará a un congreso nacional, para sentar las bases de un nuevo comienzo.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.