Hay una extensa legislación nacional e internacional para proteger a los niños de la violencia. Abarca tanto las agresiones físicas como psicológicas. Es en este contexto, queremos hacer hincapié en la importancia de que la educación de los niños esté libre de toda violencia.
Los niños tienen derecho a una educación libre de violencia, la ley lo corrobora, y se tienen en cuenta los distintos tipos de maltrato, ya sea mediante agresión física como en materia de violencia psicológica mediante insultos ofensivos, la humillación, el desprecio y el abandono.
Todos los padres deben tener claro que la violencia con los niños no tiene cabida en la educación. Quizá puede que uno se sienta momentáneamente mejor, tras haber liberado por un momento su ira, pero la violencia como medida disciplinaria es inútil, pues sólo perjudica el desarrollo de su hijo.
Para una educación sin violencia, es muy importante el manejo comprensivo de las necesidades y deseos de todos los miembros de la familia y sobretodo que exista una buena comunicación familiar para evitar de antemano los conflictos. Además unas reglas y rituales que nos den apoyo y orientación en la vida cotidiana. Mediante estas “reglas” los niños conocen quienes son, qué se espera de ellos, lo que pueden o no pueden hacer.
Cuando los casos de violencia intrafamiliar involucran a niños, interviene la DINAF y en este organismo estatal se decide qué es lo mejor para el chico/a, si se queda con la familia o si lo alojan temporalmente en un establecimiento de la Dirección.
El OAL, organismo perteneciente a la Dinaf, en caso de maltrato infantil interviene cuando hay un derecho vulnerado y éste no es representado por ninguno de los dos progenitores.
Cada caso se aborda desde diversas cuestiones particulares porque son diferentes situaciones, y de acuerdo a los protocolos que los organismos estatales van estableciendo. Lo que siempre se busca, y según la ley 26.061, es el bienestar del niño, comprendiendo que ningún lugar es mejor para el niño que el estar con su familia. Si en el caso que su grupo familiar esté fallando se busca por todos los medios de contribuir a que el grupo familiar solucione sus problemas y que dentro de sus posibilidades contenga al niño.