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La historia de Candela llegó a los medios provinciales: un ejemplo de esfuerzo y perseverancia

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La periodista local Alejandra Adi, en su nota para el medio provincial diario Uno, cuenta como Candela, quien padece una enfermedad que le dificulta su motricidad, es una alumna ejemplar y sueña con ser psicóloga y viajar por el mundo. También, Candela cuenta que desde hace tiempo desea poder tener una silla de ruedas motorizada o al menos una más grande.

La nota

Está terminando el primer recreo de la tarde. Hay un tumulto de alumnos que van y vienen y prevalecen en el salón las voces superpuestas. La mayoría quiere aprovechar los últimos minutos antes de ingresar al curso y se muestran apurados por intercambiar algún trabajo práctico que les ha pedido el profesor, por ir a tomar agua o por comer la merienda.

Pareciera que los jóvenes sólo tienen esas preocupaciones. Las mismas de Candela Sandoval (15), a pesar de que para trasladarse mejor de un lado a otro deba contar con la ayuda de sus amigas que le empujan la silla de ruedas o que alguna de ellas esté atenta a que no se le caiga la lapicera que agarra con su boca, ya que no puede mover ni los brazos ni las piernas.

Es que su discapacidad para ella no es un impedimento y lo demuestra, por ejemplo, siendo excelente estudiante.

«Nunca lo vi como una dificultad. Es que desde los 4 años que empecé a ejercitar el poder escribir y hacer cosas así, que para mí ya es normal», aseguró la alumna de tercer año de la escuela técnica Camilo Carballo, del distrito Cordón del Plata, de Tupungato.

Allí se destaca por su responsabilidad e inteligencia, lo que le ha permitido obtener altos promedios en toda su trayectoria escolar. Tanto es así que fue abanderada en la primaria Rudecindo Alvarado, en donde obtuvo un promedio de 9,63.

La tupungatina nació con un síndrome llamado artrogriposis múltiple congénita, que es una patología que le afecta las articulaciones y le impide extender los brazos y las piernas. «Cuando era chica una doctora del Notti me enseñó un montón de cosas y con la práctica fui aprendiendo todo lo demás.

También hago rehabilitación. Es que si se quiere, todo se puede», asegura Candela, además de contar que le gusta salir con sus amigas, escuchar música, estar con su familia y jugar con el celular.

La adolescente hace de todo en su netbook, que maneja desde el mentón, y también usa permanentemente el celular y escribe y dibuja sosteniendo la lapicera con los dientes o con los labios.

El resto lo hace con ayuda de sus padres, hermanos y amigos, como trasladarse desde su casa, en el barrio Integración, a la escuela (están a 5 cuadras de distancia) o para salir a pasear.

Más allá de que sus metas estén puestas en que este ciclo lectivo sea tan exitoso como fueron sus anteriores años de escolaridad, Sandoval ya piensa en la etapa universitaria. «Ahora de las materias que más me gustan está Historia, pero ya tengo pensado estudiar psicología en la universidad. Ya me averigüé y está en Mendoza y también en San Luis», comentó entusiasmada.

Pero sus desafíos no están ligados solamente a lo educativo. «Mi sueño es viajar por todo el mundo, y me gustaría empezar por África», agregó con convicción.

Igualdad ante todo

Para la nota Candela quiso demostrar cómo escribe sin dificultad. Agostina Berrios (14) no espera a que su compañera de banco le pida nada y se apura a pasarle las carpetas y la ayuda a cambiar de hoja. «¡Escribe más lindo que yo!», suelta la joven que es una de sus mejores amigas. Juntas forman una dupla inseparable ya que, además, viven cerca y comparten salidas y otros momentos fuera del establecimiento.

«Eso es para destacar. La buena voluntad de sus compañeros, en especial de quienes se sientan con ella, que están pendientes de que no se quede con algún dictado, por si se le cae la lapicera», contó Carolina Freyre, una de las profesoras.

«Al principio nos sorprendió. Porque no sabíamos cómo ayudarla. Pero después nos acostumbramos a que ella hiciera casi todo sola. Para nosotros es una compañera más», comentó Fernando Bravo, quien cursa con ella desde el primer año, reafirmando que entre ellos no hay prejuicios.

«Al momento de que empezara a cursar no dudé en decir que sí. Estamos siempre asesorados por un gabinete y algunas prácticas en los talleres se van adecuando pero no tiene adaptaciones curriculares y es muy buena alumna», comentó Cristina Domínguez, además de detallar que cuentan con baños para discapacitados y rampas y que han adaptado la granja y el gallinero para que entre la silla de ruedas; además proyectan una nueva rampa. Destacan que Candela participa en los talleres con normalidad.

Necesita una silla de ruedas más cómoda

A pesar de que la tupungatina Candela Sandoval asegura poder realizar todo sin mayores dificultades, ante la periodista de Diario UNO confesó que desde hace tiempo desea poder tener una silla de ruedas motorizada o al menos una más grande.

«Con ésta se me rompe la ropa. Es que es como para una nena de 10 años», aclaró la jovencita, que ya tiene 15 años.

Es que en su familia están a la espera de que la mutual a la que están adheridos les otorgue una con motor para que ella pueda movilizarse por su cuenta, pero aún no tienen novedades. Pero una chica que ha superado tantos escollos, tendrá éxito también en esto.

 

Fuente: Alejandra Adi para diario UNO

 

2 comentarios

  1. Porque no ponen el nombre de la Mutual. Observatorio x la Convención Internacional de las personas Discapacidad

  2. Quienes estuvimos a su lado desde el inicio del ciclo lectivo sabemos de su fortaleza y capacidad para afrontar las dificultades ..pero eso no hizo nunca que bajara los brazos como tampoco el amor de su familia para salir adelante.Feliz vida Candela .Siempre estásen mis más bonitos recuerdos

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