El pasado 27 de agosto se celebró una nueva edición del IAB Now, el mayor evento de marketing digital de Argentina.
Este evento organizado por el Interactive Advertising Bureau de Argentina (IAB) se centró en la transformación digital que está experimentado la industria publicitaria en los últimos tiempos, así como las formas de construir una estrategia de marca en un mercado tan complejo como el argentino. Más allá de la revolución digital que ha llegado de la mano de las nuevas tecnologías y plataformas como Facebook, Twitter o Instagram, soportes tradicionales como las vallas publicitarias siguen siendo indispensables en cualquier campaña publicitaria. De hecho, el 71% de las personas tiene tendencia a recordar este tipo de anuncios antes que aquellos que se pueden encontrar en internet.
El origen de la publicidad exterior, entendida como todas las formas de publicidad diseñadas para comunicarse con los consumidores en lugares públicos, se remonta a las primeras formas de expresión gráfica que realizaban los primeros hombres y mujeres de la tierra. Dentro de la publicidad exterior de tipo fijo destacan las vallas publicitarias. La historia de este soporte comienza a finales del siglo XVIII, cuando el inventor alemán Johann Aloys Senefelder creó la litografía en 1796. Tres siglos antes, la aparición de la imprenta también supuso una revolución con el origen del cartel publicitario. Esta técnica de impresión hizo posible que los carteles publicitarios colocados en el exterior pudieran resistir a las inclemencias del tiempo, especialmente a la lluvia y al calor. Los avances tecnológicos del siglo XIX en el mundo de la cartelería publicitaria provocaron la aparición de carteles de gran tamaño.
La primera valla publicitaria de la historia se instaló en Estados Unidos en los años 30 para promocionar un circo. Sin embargo, la primera gran valla de 24 láminas que marcó un antes y un después en la industria publicitaria apareció en la Exposición Universal de París (Francia) en el año 1889.Esta exposición, celebrada en el centenario de la famosa toma de la Bastilla, originó la remodelación de la capital francesa, que durante esa época se llenó carteles publicitarios en los muros y paredes abandonados de la ciudad. El auge de las vallas publicitarias fue paralelo al apogeo de la industria del automóvil, especialmente con la aparición del Ford T en el mercado estadounidense. A partir de ese momento, las carreteras se convirtieron en los lugares más populares para anunciarse, debido a que los consumidores se desplazaban con sus automóviles.
La popularización de los medios de transporte en las últimas décadas ha provocado la aparición de nuevos soportes para las vallas publicitarias, que han sabido adaptarse a las nuevas realidades de la sociedad. De hecho, la concentración de vallas publicitarias en lugares como Times Square (Nueva York) o Piccadilly Circus (Londres) se ha convertido en un reclamo turístico para millones de personas de todo el mundo. Recientemente, la agencia creativa argentina TBWA ha querido ir un paso más allá de la función publicitaria tradicional de este tipo de soportes con el objetivo de reducir el número de siniestros viales. Para ello han diseñado unas vallas publicitarias que iluminan las curvas peligrosas y señalan caminos inseguros para ayudar a los conductores a detectar posibles peligros al volante.