El tribunal empezará a analizar la apelación del gobierno argentino en la causa que impulsa el fondo buitre NML Capital. Su decisión no se conocerá hasta el próximo lunes o martes. La comisión de legisladores que viajó a Washington buscó reforzar la posición argentina.
La Corte Suprema de los Estados Unidos comenzará a analizar hoy si acepta o no el pedido de apelación que hizo el gobierno argentino en la causa que impulsa el fondo buitre NML Capital, que representa apenas una pequeña parte del 7 por ciento de los bonos que no entraron en el canje de la deuda. La decisión que adopte la Corte será crucial para el país y también para toda otra reestructuración de deuda, por lo que tiene enormes implicancias para el sistema financiero. Eso fue lo que buscaron dejar en claro los legisladores argentinos que integraron la delegación multipartidaria en las reuniones que mantuvieron durante tres días en la capital norteamericana, donde plantearon la estrategia frente a los fondos buitre como una cuestión de Estado, por encima de las diferencias políticas. “En Washington se hizo valer el principio de reestructuración soberana de todos los Estados para el presente y para el futuro”, evaluó al cierre de los encuentros el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, quien organizó la visita.
Según los abogados del estudio Cleary & Gottlieb, que llevan la causa argentina, hay cuatro alternativas, aunque también hay posibilidades intermedias entre ellas. Que la Corte acepte revisar el caso, como pide Argentina, o que lo rechace, como reclaman los buitres. También puede que disponga una nueva postergación para seguir estudiando los argumentos de cada parte o, la que se considera más factible, que le pida opinión al gobierno de Barack Obama. Lo que es seguro es que la decisión no se conocerá hasta el próximo lunes o martes, porque se difunden 48 horas después de firmadas. La postura argentina ya consiguió varios apoyos internacionales, como los de Francia, el FMI y el Banco Mundial. Incluso, el gobierno norteamericano presentó dos amicus curiae a favor argentino, pero fue en anteriores instancias judiciales.
El objetivo del viaje de los legisladores fue, justamente, generar una corriente de opinión a favor de la postura argentina en Washington, principalmente en el Capitolio, donde el persistente lobby de los fondos buitre les ha granjeado apoyos, más que nada entre los sectores más conservadores del Partido Republicano. Paul Singer, quien controla el fondo NML Capital, es conocido aportante a las campañas de ese partido. En general, los senadores y diputados tuvieron muy buena recepción a sus planteos, especialmente porque consiguieron una representación de la casi totalidad del arco político argentino. Ayer arrancaron la nueva ronda de encuentros en el Capitolio con el representante demócrata de Carolina del Sur, James Clyburn. Uno de los argumentos de los legisladores argentinos, en el que insistieron allí, es que Argentina “jamás ha repudiado su deuda” y que lo que se busca justamente es pagar, claro que no la totalidad de los bonos, como pretenden los buitres.
La delegación cruzó de nuevo el centro de Washington en un micro con el aire acondicionado a todo lo que da, para contrarrestar la temperatura agobiante de ayer, hasta llegar al almuerzo que se realizó en la embajada argentina con Barry Herman, investigador mayor de The New School University; y Eric LeCompte, director ejecutivo de la Red Jubileo, una agrupación de 75 organizaciones que trabajan contra los fondos buitre en todo el mundo. LeCompte destacó el apoyo firmado por 106 legisladores británicos y que la Red Jubileo presentó como amicus curiae a la Corte norteamericana en marzo pasado.
Luego fueron hasta el BID, donde mantuvieron una reunión con el vicepresidente de Sectores y Conocimiento del Banco Interamericano de Desarrollo, Santiago Levy Algazi, y con el jefe de la Oficina de la Presidencia de esa institución, Luis Alberto Giorgio. Este encuentro fue el único del que participaron ayer los tres opositores de la delegación: el macrista Federico Sturzenegger, el massista Darío Giustozzi y el del FA-Unen Martín Lousteau, muy atento a lo que sucedía en Argentina con el ascenso de Independiente.
La última reunión fue en la sede del Consejo de las Américas. Infaltable, allí estaba Susan Seagal junto a Dan Restrepo, asesor especial de Barack Obama en cuestiones internacionales. Restrepo trazó un panorama sobre la situación política de Estados Unidos, en especial con la derrota del líder republicano de la Cámara de Diputados, Eric Cantor, en la interna de su estado, Virginia, contra el candidato del ultraconservador Tea Party, David Brat. Tiró algunos datos sorprendentes, tales como que Cantor había gastado en su campaña 26 veces más que su contrincante. Restrepo explicó que el panorama que se abre hacia las elecciones de noviembre es problemático para los demócratas.
Los argentinos lo pusieron al tanto del propósito de su viaje y colocaron sobre la mesa uno de los “ganchos” con los que buscaron seducir durante las reuniones a sus colegas norteamericanos: la posibilidad de un trabajo conjunto en Vaca Muerta. El neuquino Marcelo Fuentes habló de eso en todas las reuniones, lo que se convirtió en motivo de bromas en la comitiva. Lo mismo Roberto Feletti, quien mencionó la “complementariedad energética” que podía darse ahora entre ambas economías.
Ya agotados por el ajetreo, el calor, la sucesión de reuniones y demás, los diputados aún tuvieron que echar mano a una última reserva de energías para el cierre, un encuentro en la embajada con los argentinos que viven en Washington. Hubo empanadas y vino, un aperitivo para el plato fuerte que hoy comenzará a preparar la Corte norteamericana.