La «Correas» del Ajuste
El Director General de Escuelas hizo lo que ha hecho durante estos dos años: atacar a Docentes, difamar, agredir, generar polémica.
Caroglio hizo lo que hace para que le sigan pagando: chupar medias. Defendió a Cornejo y a Correas, y opinó sobre “calidad educativa”. Hasta escribió una columna de opinión en un diario. Como siempre, sin decir nada, usando palabras gastadas y sin sentido, porque no pueden mostrar ni una sola buena acción a favor de la educación.
Según estos brillantes pensadores de la educación, en la gestión anterior no se evaluaba “calidad”, por lo tanto, todo lo que se invirtió fue un “mal gasto”. Solución simple: Recortar fondos.
El Jefe Supremo del neoliberalismo mendocino actual, Cornejo, baja línea: recortar todo.
Para justificar los recortes solo se necesita un buen escritor que ingenie una forma de justificarlo. Ahí aparece Jaime Correas, que confía en que decir que todo lo anterior era corrupto, de mala calidad, y politizado, le alcanza para justificar los recortes, abusos de poder, agresiones y casos de nepotismo local.
En este cóctel también es necesario que algunxs chupamedias aparezcan defendiendo a propios y denunciando a ajenos. Ahí ésta el papel de Caroglio.
Caroglio subió a las redes fotos de menores en un error (delito) causado por su apuro de atacar a los contrarios. Casi ningún medio lo dijo. La Justicia tiene el caso en sus manos.
Caroglio y Correas justificaron sanciones a Docentes que piensan y actúan diferente a su fascismo neoliberal, sin respetar leyes, ni debidos procesos, ni derechos de defensa. Casi ningún medio lo dijo.
Ambos personajes de la “farsa ordenadora”, atacan a los “cometortitas” de los Docentes, para justificar la brutal disminución de raciones de merienda en las escuelas.
Ambos aplauden que se les den bicicletas usadas a lxs estudiantes de escuelas rurales, sosteniendo esa concepción elitista de “los del campo” y los de la ciudad, que ayuda a justificar los recortes de transporte que las escuelas rurales siguen sufriendo.
Éstos iluminados enaltecen el papel del libro, para esconder que a las escuelas no llegaron más las netbooks (tampoco han llegado libros); o resaltan el aporte a la Universidad Nacional de Cuyo mientras vacían la Educación Superior que de ellos depende, cerrando miles de oportunidades en el interior de la Provincia.
Arrojan a la prensa altas cifras de deudas que han pagado por el ítem zona, mientras esconden que en paritarias cerradas por decreto, en solo dos años, le han quitado a la docencia mendocina más del 15% de salario real.
Como si esto fuera poco, tienen una mirada de calidad educativa basada en el cortoplacismo de los números fríos, en la discriminación escondida que recorta posibilidades de futuro, en la falsa neutralidad de una educación ordenada.
Llaman orden a los recortes que necesita un Estado que ya no le pide más a los ricos, sino que los obedece ciegamente. Las mayorías del pueblo sufren aumentos brutales en alimentos, energías, impuestos, pero eso solo está destinado a generarles mejores condiciones a las minorías concentradas y elitistas, y a pagar un endeudamiento enorme que la mayoría de los medios han sabido ocultar.
Caroglio y Correas lo saben. Saben que educar es una tarea inminentemente política. Saben que sus recetas de “calidad” son las que han fallado en el pasado noventoso, y las que sigue imponiendo el FMI. Saben que ellos tienen una posición política, como todo educador, porque educar es elegir.
Ellos (y muchxs otrxs), siguen eligiendo la posición política de recortar para que solo los que parten de mejores condiciones, alcancen las mejores metas. Un pueblo menos educado es un pueblo que reclama menos y se resigna más fácil. Neoliberalismo puro. Conservadurismo del Siglo XVIII.
En cambio, muchxs educadorxs, aunque nos castiguen o persigan, seguiremos eligiendo defender a las mayorías. Seguiremos eligiendo que el Estado invierta en Educación, en programas y espacios que diversifiquen las posibilidades de educación, que atiendan a la diversidad, que sueñe e imagine mejores futuros y que evalúe más allá de fríos números, comprendiendo contextos y condiciones. Confiamos en que esa es la única forma de que los sujetos puedan, junto con otros, mejorar sus condiciones de vida, y aportar realmente al crecimiento de nuestra sociedad.
Esconder sus posiciones políticas tras un discurso del orden y de números fríos (y mentirosos), ya no les está alcanzando para generar miedo, justificar sus descalificaciones, persecuciones y el conservadurismo de sus decisiones.
No podemos pretender que lxs estudiantes nos respeten, si las autoridades nos maltratan y pisotean cada vez que tienen la oportunidad.
Deberían repensar sus acciones, hacerse cargo de las responsabilidades políticas, desoír al marketing, y generar diálogo y participación respetuosa.
Juan Jofré- concejal kircherista de San Carlos
Un comentario
Excelente editorial, mas claro no pudo ser.
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