Mañana viernes se realizará en todo el país la segunda edición de «Ni una menos» que esta vez convocará a marchar por «Vivas nos queremos».
La concentración y la marcha contra los femicidios en el Valle de Uco, partirá desde la plaza departamental de Tunuyán a las 18 horas. El año pasado en Tunuyán cerca de mil mujeres, familias y toda la comunidad salieron a las calles con la consigna del “Ni una Menos”.
A partir de este gran reclamo se potenció la concientización de la violencia de género, pero, lamentablemente, los asesinatos de mujeres a manos de hombres totalizaron 286 en 2015.
En el Valle de Uco, Tunuyán se ha puesto al frente en la convocatoria, y hasta se ha formado una Comisión de Mujeres de Tunuyán, integrada por la agrupación Pan y Rosas, estudiantes del Instituto de Educación Superior del departamento, trabajadoras de Alco-Canale y mujeres independientes, quienes organizan la marcha y convocan a la comunidad a través de un escrito.
El escrito
En esta nueva marcha es importante tomar los casos locales como es el de Verónica Escudero, Natacha Prieto, Inés «Pipi» Suarez y el de Claudia Vera. Para mostrar que nuestra comunidad no está exenta del flagelo que viven miles de mujeres en nuestro país, que todas alguna vez hemos sufrido o sufrimos violencia .
Muchas veces desconocemos que tal o cuál acción que se ejerce sobre nosotras es violencia de género. La movilización puso sobre la mesa los flagelos continuos que sufrimos las mujeres donde el femicidio es el último eslabón de una larga cadena de violencia. Lamentablemente, el poder político que hipócritamente se fotografiaba portando un cartel que decía #NiUnaMenos, ha hecho oídos sordos al reclamo negándose a declarar la emergencia nacional y provincial en violencia de género. Aún continúa muriendo una mujer cada 30 horas en manos de la violencia machista; los refugios no se construyen y no se ha tomado una sola medida efectiva y urgente para enfrentar este flagelo.
Desde el Estado y el Poder Judicial se profundiza esta violencia como vemos con el terrible caso de Belén, la joven tucumana que está presa por un supuesto aborto espontáneo. Ni siquiera se ha comprobado el aborto, pero la sola sospecha ya es causal para estos jueces de que esté privada de su libertad. Muy lejos de lo que debería ser una realidad que garantice el mínimo derecho democrática a decidir sobre nuestro cuerpo, con el aborto libre, seguro y gratuito en los hospitales públicos. Nuestra provincia si quiera ha adherido al protocolo del aborto no punible que reglamente un derecho que data de 1921.
Paralelamente, las 286 víctimas de femicidio en 2015 nos imponen templar las gargantas. 66 nuevas muertes en los primeros 100 días de 2016, nos exigen tomar las calles nuevamente. En estos momentos de crisis económica, suspensiones, despidos y tarifazos vemos que somos las mujeres las primeras en sufrir este tipo de violencia económica.
Un caso concreto son las trabajadoras de ALCO-CANALE, la empresa alimenticia del pueblo. La mayoría de la mano de obra que emplea son temporarios, y en esos empleos temporarios la gran mayoría son mujeres: que llevan incluso entre 11 a 22 años trabajando en estas condiciones sin que las dejen en planta. Es a ellas las primeras en suspender la fábrica cuando la producción baja o hay crisis. Es algo que vienen viviendo y padeciendo cientos de mujeres trabajadoras de nuestra región que son empleadas allí.
De igual forma, ponemos de relevancia la invisibilidad del trabajo doméstico, el cual es un trabajo no remunerado que hacemos todas las mujeres y ahora no hay jubilación para ellas. Es claro que ante estos ataques las más afectadas somos las mujeres. Esto evidencia que este 3 de Junio, nos sobran los motivos para volver a decir, NI UNA MENOS.
Fuente: Comisión de Mujeres de Tunuyán