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La caza furtiva pone en peligro de extinción a especies de la región

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En Mendoza existen especies como los quirquinchos, pichiciegos, choiques, guanacos, liebres mara y criolla que no se pueden cazar en ningún momento del año. El jefe de Fauna de la Dirección de Recursos Naturales Renovables, Hugo Ascencio, explicó que el choique y la liebre mara han sido declarados monumentos naturales provinciales. Sin embargo, la presión de los cazadores es tan fuerte, sobre todo en San Rafael, Malargüe y el Valle de Uco, que corren peligro de extinción. Jennifer Ibarra, titular de la fundación Cullunche, agregó que el puma y el guanaco también están protegidos y no deben ser cazados.

El director de Recursos Naturales, Daniel Gómez, sostuvo que de forma permanente encuentran cazadores furtivos sin autorización correspondiente. “Salvo la cacería de carne de guanaco o pichi que se comercializa, lo demás se mezcla con la aventura y el consumo del animal, no creo que haya una importante actividad comercial en la provincia”. Claudio Bertonatti, especialista de la Fundación Vida Silvestre, explicó que la caza furtiva no se vincula a los circuitos comerciales, sino a la obtención de trofeos.

Existen algunas especies sobre las que sí existe autorización para cazarlas como el jabalí, la liebre europea y el conejo, que se permite capturarlos en un determinado momento del año.

Gómez aclaró que hay operativos permanentes en conjunto con el Iscamen en los pasos fronterizos y limítrofes, con policía aeroportuaria y guardaparques, y específicamente se ha establecido un protocolo con el Ministerio de Seguridad, en el que se indica que la Policía Rural actúe sobre la cacería y el tráfico de fauna. El funcionario admitió que, a pesar de los controles y las multas, la cacería en Mendoza es una discusión pendiente. “Creo que se debe poner en valor esta discusión. Si vamos a prohibir la cacería, deberemos modificar la legislación vigente”.

Habilitarían dos cotos de caza en la provincia

Los cotos de caza son terrenos o áreas de fauna silvestre destinados a la práctica regulada de la caza deportiva. En Mendoza, dos emprendimientos están en trámite para ser habilitados como cotos de caza. Uno está en Tupungato y el otro en Desaguadero (La Paz). El director de Recursos Naturales indicó que en el Valle de Uco se podrían cazar ciervos colorados.

Jennifer Ibarra explicó que se trata de cotos de animales exóticos, sobre todo de especies africanas. “Se crían esos animales de forma legal para el turismo cinegético. Los crían en cautiverio para que los turistas vayan a cazarlos”, explicó la veterinaria.

Indicó que para los cotos sobre todo se crían antílopes, búfalos, ciervos, diferente tipos de cabras como la de Juan Fernández (de origen europeo) o la de cuatro cuernos, ciervo colorado y jabalí.

Ibarra dejó en claro que no están de acuerdo con que la cacería pueda ser un divertimento sano. “En otras provincias funcionan y creemos que no aportan nada a la economía de la provincia. Nuestra postura es contraria a los cotos”.

El director de Recursos Naturales explicó que lo que se propone en conjunto con otros organismos es que el coto no genere inconvenientes con la fauna provincial. De todos modos, admitió que “a pesar de la legislación que autoriza los cotos, hay una conciencia ambiental que no lo permite, creo que como sociedad nos debemos un debate en este sentido”.

Con respecto a la ley:

A nivel nacional, la Ley 22421 de Conservación de la Fauna otorga el marco regulatorio para la protección de los animales silvestres. En Mendoza, la Ley 4602 y sus modificaciones adhieren a la norma nacional y establece todos los años los montos de las multas que se aplican por caza ilegal o tráfico de animales.

Según informaron,  se ajustarán a las disposiciones de esta ley y sus reglamentos la caza, hostigamiento, captura o destrucción de crías, huevos, nidos, tenencia, posesión, tránsito, aprovechamiento, comercio y transformación de la fauna silvestre.

El jefe de Fauna, Hugo Ascencio, explicó que más allá de la multa  económica “los objetivos deben ser  de largo plazo, con un cambio de conciencia y la relación con la naturaleza. Con penas más duras no se solucionaría el problema”. Y admitió que las penas no se cobran, sólo a través de vías de apremios.

Fuente: Diario Uno