Así lo afirmó Guillermo Rodaro, gerente de la Cooperativa San Carlos Sud, quien considera que “lo que se necesita es una preciación del peso”, que potencie la competitividad, evitando un círculo vicioso de devaluación e incremento de precios. Además, dijo “hay que rogar que el tiempo acompañe en los próximos meses, porque si no hay buena producción, realmente se complicará el panorama” de la vitivinicultura regional.
Recientemente se conoció un informe económico sobre la caída, mayor al 10 por ciento, en las ventas de vino en el mercado interno, y un 7 por ciento en el mercado de exportación. Consultado al respecto, y sobre la situación de la vitivinicultura regional, el gerente de la Cooperativa San Carlos Sud, el contador Guillermo Rodaro, afirmó que “seguramente esas cifras son ciertas, incluso pueden ser mayores”, aunque explicó que la situación de la entidad que gerencia es totalmente diferente.
“Nosotros hemos vendido toda nuestra producción de vinos, es más, debimos salir a comprar para cumplir con nuestros compromisos, pero esta situación es particular de la Cooperativa, y resultado de la baja producción de uvas del año pasado” afirmó Rodaro, y explicó que el año pasado se perdieron más de 40 mil quintales por la peronóspora, por lo que en lugar de elaborar 100 mil quintales se terminó elaborando 50 mil, una producción aproximada de 4,5 millones de litros menos que en un año “normal”.
“Pero nosotros no somos referentes de lo que está ocurriendo en la vitivinicultura local, yo leo lo mismo que vos, y la realidad es que han caído las ventas. El mercado del vino compite con la cerveza, que es agua con algunos ingredientes, y que puede mantener los costos, a diferencia del vino que es materia prima pura. Coincido en ese 10,5 por ciento de merma en las ventas en el mercado interno y el 7 por ciento en el externo, porque también, una vez más estamos desfasados con el dólar” afirma el contador.
En relación a la situación de la Cooperativa, una entidad que desde hace años mantiene un mercado exportador, Rodaro explicó que este año se exportarán 2,5 millones de litros, cuando se debieron exportar 4 millones. La baja productividad ha sido el factor principal para esta merma en la exportación, aunque el titular del organismo cooperativo local también explicó que en los últimos tiempos se perdieron mercados de Brasil y Perú, por una cuestión básicamente de desfasaje en la moneda: “la inquietud de los compradores está, pero no les dan los números” afirmó Rodaro. Lo que se mantiene es el mercado de EE.UU, que hasta el momento solo posee como inconveniente la baja producción local que podría entorpecer el cumplimiento de los volúmenes de venta establecidos. En el mercado interno, la Cooperativa trabaja directamente con compradores que después se encargan de la comercialización: “nosotros no tenemos distribuidores exclusivos, ni tampoco trabajamos con los supermercados porque no podemos soportar la financiación que piden, la colocación en góndola, etc. Vendemos internamente a quienes nos vienen a comprar y distribuyen donde quieren; ese mercado se ha mantenido más o menos igual”, afirma Rodaro, pero vuelve aclarar que “la situación de la Cooperativa no es referencial de lo que sucede en el mercado de vinos en general.
En relación a las perspectivas para los próximos meses, el gerente cooperativo afirma: “Tenemos que rogar que el clima nos acompañe este año, porque se va a complicar mucho el panorama si tenemos una baja producción”. Y agrega en relación al mercado exportador: “Por otro lado, hemos vuelto a no ser competitivos en la exportación por el valor del cambio, pero creer que una nueva devaluación solucionará el problema tampoco es correcto. Si se vuelve a devaluar se reproduce el círculo vicioso: suben el dólar, la botella que está dolarizada también sube, igual la etiqueta y otros insumos, entonces, estamos en lo mismo. Lo que se necesita es una “preciación” del peso, es decir que con menos pesos compremos más dólares y no al revés. En eso hay que imitar a países como Chile o Brasil que aprecian su moneda”.