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Jesús, el bebé que volvió a nacer en Tunuyán

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jesús_IEl 15 de mayo se le cayó un televisor en la cabeza y sufrió una fractura trasversal en la base de su cráneo. Estuvo en coma y actualmente se encuentra en perfectas condiciones.

En un dialogo con El Cuco, la familia Irrutia abrió las puertas de su casa para conocer al pequeño y relatar el tenso y triste momento que vivieron. Aprovecharon la ocasión para compartir la enorme felicidad que sienten de tenerlo nuevamente en casa.

Ese día a las 23:30 horas, Jesús se encontraba en su casa junto a sus dos hermanas y su mamá Laura que estaba realizando tareas del hogar. El pequeño de un año y medio jugaba cuando de repente se le cayó un televisor de gran tamaño y le apretó su cabecita.

jesúsEn un momento de desesperación, la mamá se desmayó y enterados del accidente, los vecinos comenzaron a colaborar. En un taxi que por casualidad se encontraba en la zona, el bebé fue trasladado al hospital Scaravelli y  a pesar de la difícil situación, la familia comenzó a afrontar la situación.

Con su mamá ya recuperada, el pequeño recibió los primeros auxilios. Lo entubaron y luego lo derivaron al hospital Notti de la Capital de Mendoza, donde permaneció 12 días en estado de coma con asistencia mecánica respiratoria. Recibió transfusiones de sangre, y los diagnósticos no eran alentadores. Los partes médicos aseguraban que el cuadro era irreversible y que nada se podía hacer.

Con el paso de los días y el gran trabajo de los profesionales, la vida de Jesús nuevamente se iluminó.  “Esto fue un milagro, después de 13 días de permanecer  en estado de coma y de los partes que decían que tenía un cuadro irreversible, despertó. Los médicos dijeron que fue un milagro lo que sucedió”, recuerda Laura.

Jesús pasó a terapia intermedia donde comenzó a tomar leche materna por sí solo. Cuando ya gozaba de buena salud, pasó a sala común y luego recibió el alta médica.

A pesar de que actualmente Jesús es controlado diariamente por una mínima parálisis facial, la familia Irrutia recuerda al trágico momento como una desgracia con suerte, se encuentran felices junto al pequeño luchador que día a día manifiesta mayores mejorías y una enorme ganas de vivir.

Sus padres, Laura y Antonio, están agradecidos con todas las personas que los ayudaron (el taxista que los trasladó, los vecinos que se acercaron, al pastor Sergio Fernández, a las personas que rezaron por él, a la doctora Nuri Kremer que los recibió en el Scaravelli, y a los doctores Javier Espal y Belén Aquino del  hospital Notti).  Finalmente le agradecen a la Delegación Gaucha Valle de Uco y Amanecer Criollo por organizar destrezas criollas a beneficio, a Hugo Jara que cedió un espacio físico para realizar una rifa, a las mujeres que armaron pasteles para vender, a Iván Ortiz que acompañó siempre a la familia y a cada una de las personas que mandaron mensajes y llamaron para saber cómo se encontraba Jesús.

Jorge García