La decisión se funda en la crisis hídrica, en el futuro esas perforaciones podrán ser revocadas si disminuye el caudal del acuífero. En la región valletana, los pozos se ubicarán en Cápiz, Pareditas y al este de la ruta 40.
El 8 de diciembre se firmó el fin de la “subasta” de pozos que tanta polémica ha causado entre productores desde noviembre de 2012. Fue el Honorable Tribunal Administrativo (HTA) del Departamento General de Irrigación el que dio el tiro de gracia a una polémica que agitó el círculo de regantes.
Pero no fue la única decisión del máximo órgano del gobierno del agua. Ni la más impactante. También estableció que las nuevas perforaciones tendrán “carácter provisional, temporal y condicional, serán conferidas sin perjuicio de terceros y podrán ser revocadas”.
La finitud de los permisos no es para toda la provincia sino para dos zonas bien delimitadas y con fuerte desarrollo vitivinícola e inmobiliario. Se trata de la zona de Agrelo, en la margen derecha del río Mendoza y en parte de San Carlos, zonas como Cápiz, Pareditas y al este de la ruta 40.
La razón es otra vez la crisis hídrica que atraviesa la provincia, que también afecta a algunos reservorios de aguas subterráneas. Al menos en la letra de lo determinado por el HTA, esas dos zonas de la provincia estarán bajo control estricto de Irrigación, que en el futuro hasta podría cegar pozos que hoy habilita a perforar.
Incluso más, se advierte a quienes resulten beneficiarios de pozos que los emprendimientos productivos que inicien a partir del agua que extraigan de las napas es a su cuenta y riesgo, en caso de que no puedan sacar la cantidad de agua necesaria para que la producción florezca.
Ha sido una larga negociación interna en Irrigación para llegar a la resolución 751 que el HTA firmó durante el feriado del viernes pasado. Esa resolución nació de la voluntad del superintendente Sergio Marinelli en derogar la 548 desde el arranque de su gestión; así lo informaba Los Andes el 18 de mayo pasado, a dos semanas de que Marinelli llegara a la conducción del Departamento (ver aparte).
Pero no era lo único que pretendía Marinelli. Intentó cerrar la mayor cantidad posible de expedientes ingresados en Irrigación para solicitar pozos desde hace años. En junio pasado eran 234 pedidos que estaban parados y además hay varios reclamados por la vía judicial.
Marinelli dijo que hay “una desigualdad generada por las últimas gestiones al ir cambiando la normativa. Esto ha generado desorden y una elevada litigiosidad”.
Pero los estudios técnicos qur circulan por Irrigación no daban lugar a tanta generosidad con el agua. Finalmente serán otorgados unos 50 pozos nuevos y todos con carácter provisional y revocable.
Marinelli dijo que se otorgarán “permisos con restricción; dejaremos sacar el agua que pidió el regante pero si mañana hay problemas, se los sacamos”. Respecto del control después del otorgamiento, el funcionario dijo que “vamos a cruzar información de consumo eléctrico para tener una idea de cuánto bombearon. También a exigir caudalímetros a las perforaciones nuevas y gradualmente a los que ya tienen permiso. También conformamos dos cuadrillas para revisar las perforaciones”.
Un detalle respecto de las cuadrillas: en la nueva resolución del HTA se establece que esas cuadrillas podrán ingresar a las propiedades a controlar el caudal que se extrae. “La extracción de mayor caudal al autorizado en el acto concesional y/o el incumplimiento de las demás obligaciones impuestas en el presente, será sancionado con multas en agua a deducir del volumen que le corresponda para los ciclos agrícolas siguientes” dice la norma.
Tan provisional es la concesión de agua subterránea que la misma resolución advierte que el “concesionario asumirá a su riesgo el tipo de cultivo y/o actividad a poner en marcha, atento el carácter provisional, temporal y condicional de la concesión de uso” y además deslinda responsabilidades del organismo: “el Departamento General de Irrigación no será responsable en caso de falta de caudales”.
“El mercado negro” de pozos en el Valle de Uco
La resolución 751 del HTA decidió mantener la prohibición a nuevas perforaciones en la zona norte y alto Valle de Uco, es decir las tierras al oeste de los caminos productivos: Gualtallary, Vista Flores, el Manzano, Altamira, Los Árboles. En estas tierras todos los pedidos quedan suspendidos y no se iniciarán nuevos.
Se trata de una de las zonas de mayor desarrollo productivo en los últimos años. Allí el acuífero no tiene el nivel sufiente para soportar más extracción de agua.
Esa zona fue parte de una de las historias más polémicas de la gestión de José Luis Álvarez. La restricción a perforar existe desde 2011, cuando se firmó la resolución 722. Dos años más tarde Álvarez permitió el remplazo de pozos dentro de la misma cuenca, en ese caso es el Tunuyán Superior. La resolución que lo habilitó fue la 164 de 2013.
Ese remplazo inició lo que se conoció como el “mercado negro de pozos” que consistía en que algún productor vendía su permiso y el comprador perforaba en su propiedad. En ese movimiento hubo un nombre famoso involucrado: el condenado Leonardo Fariña.
El 20 de abril de 2014 Los Andes informaba sobre siete pozos que un empresario amigo de Fariña tramitaba para dotar a 3.500 hectáreas.
A poco de haber asumido el actual titular de Irrigación Sergio Marinelli, suspendió la aplicación de la resolución 164/13.
Restricción y aval de Frigerio
Si hay una zona cotizada que tiene restricción para perforar nuevos pozos desde hace una década es la margen derecha del río Mendoza, en el pedemonte, en Agrelo, tierras de primera calidad para la producción de uva malbec. Ahí no se podían otorgar pozos y ahora se autorizarán unos pocos, pero que pueden perderse en cualquier momento, si el caudal del acuífero decae.
Fueron los vericuetos para violar esa restricción los que desataron uno de los escándalos más grandes del gobierno de Jaque y que terminaron con la renuncia del ex titular de Irrigación, Eduardo Frigerio.
Tras la restricción, el mismo funcionario flexibiliza el criterio y aprueba la perforación de 21 pozos solicitados por ocho emprendimientos inmobiliarios de alta gama. Uno de ellos, Santa María de los Andes, hoy conocido como Dragon Back Estate, en el que ha invertido Marcelo Tinelli, entre otros.
Fuente: Los Andes por Daniel Peralta