Cuando hace frío, calor, cuando llueve o nieva, a cualquier hora, cuando nadie quiere trabajar, cuando todos descansan y se relajan, ellos trabajan. En general, es el primer trabajo que tienen los pibes: zigzagueando entre los vehículos, presionados para no demorarse, usando su propia moto, sin seguridad, sin beneficios sociales. Ante esto se impulsa una iniciativa para que los deliberies puedan organizarse y reclamar todos sus derechos laborales.
Unos 40 repartidores y mensajeros que trabajan en la provincia recibieron un curso de capacitación sobre seguridad vial y al final de la instrucción se hicieron acreedores de cascos nuevos para desempeñar su actividad. El encuentro se realizó en el edificio Bicentenario, en Ciudad, sede de la Cámara Baja provincial, organizado por el Sindicato Independiente de Mensajeros y Cadetes (SIMECA)-Regional Mendoza, adherido a la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA).
La reunión fue presidida por el diputado provincial Gustavo Arenas (FpV)el ministro de Seguridad de la Provincia, Carlos Aranda; el secretario general de la CTA, Hugo Yasky, y el secretario de Relaciones Institucionales de SIMECA-Capital Federal, Juan Cáccamo.
Esas autoridades estuvieron acompañadas por el secretario general de SIMECA-Mendoza, Pablo Encinas, y la secretaria de Derechos Humanos de SIMECA, Silvia Cabrera, quien además es miembro fundador de la Red de Familiares de Víctimas de Tránsito, organismo que donó los cascos entregados.
El diputado Gustavo Arenas abrió el encuentro dándoles la bienvenida y agradeciéndoles a los trabajadores que se hubieran acercado a la Cámara Baja para hallar soluciones en conjunto.
A continuación, el legislador recordó: “He tenido reuniones previas a este encuentro en las cuales he tomado conocimiento de las problemática de los deliberies, que en su gran mayoría son jóvenes trabajadores mendocinos que se desempeñan en una actividad que no está regulada, por lo que no tienen ART, sueldos justos ni obra social, por lo que desde la Legislatura vamos a trabajar para proteger y garantizar sus derechos”.
Posteriormente hablaron Encinas y Cabrera. Ésta explicó los motivos y la manera en que se organizaron los primeros repartidores en Capital Federal, e instó a sus colegas locales a respetar a conciencia todas las medidas de seguridad cuando circulen. “En mi caso, el casco me salvó la vida”, aseguró la referente para reafirmar lo expresado anteriormente, refiriéndose a un accidente de la que fue protagonista.
Por su parte, Cáccamo exhortó a los trabajadores de las motos a agremiarse, como la única manera de que puedan lograr ser reconocidos oficialmente como objetos de derecho, así como para contar con todos los beneficios que le corresponde a cualquier trabajador que esté en regla, como salario familiar, vacaciones pagas, cobertura médica familiar y demás prestaciones laborales básicas.
Luego propuso hacer una ronda de diálogo en la cual los trabajadores expusieran sus inquietudes y los problemas a los que se enfrentan diariamente en el desempeño de sus actividades.
Mientras tanto Yasky remarcó que, al organizarse, los repartidores podrán terminar con la falta de garantías que sufren al ser estigmatizados como “motochorros” (asaltantes que se transportan en motos) cuando circulan por la vía pública, entre otras consideraciones.
Al final de la reunión, Aranda y Yasky también agradecieron la presencia de los trabajadores y tomaron parte de la entrega de cascos que cumplen las normativas de seguridad vial para los participantes del encuentro.