La explicación oficial fue un brote de gastroenteritis entre los paseantes, pero muchos lo artibuyeron a represalias por los roces diplomáticos de los últimos días.
Un crucero con turistas argentinos que tenía planeado realizar una excursión por las Islas Malvinas fue impedido de desembarcar y algunos tripulantes lo atribuyeron a represalias del gobierno del archipiélago por el acuerdo del Mercosur de negar que atraquen barcos con bandera malvinense en la región.
Sin embargo, en las últimas horas, desde las Islas salieron a desestimar esa situación y atribuyeron su determinación a una supuesta aparición de algunos casos de gastroenterocolitis a bordo del navío.
Durante las últimas semanas países que integran el Mercosur y del continente decidieron no autorizar que atraquen en esas zonas barcos con bandera de las Islas Malvinas en apoyo al pedido de la Argentina para dialogar con Gran Bretaña por la soberanía del archipiélago, pese a las reiteradas negativas de ese país.
El crucero norteamericano «Princess Cruises» llevaba 3.600 pasajeros, de los cuales 600 son argentinos y de otros países latinoamericanos, pero finalmente se vio impedido de desembarcar este sábado por una resolución «política» de los «kelpers».
«Llegamos a Ushuaia con bandera roja (por los enfermos) pero en ese puerto la cambiaron por amarilla y hasta subieron nuevos pasajeros», contó Flavio Peresson, un platense que participa del crucero por estas horas en declaraciones a diario El Día.
Peresson exteriorizó la indignación y enojo que tenía él y el resto de los pasajeros por esta decisión. «Llegamos a las siete de las mañana y el capitán nos informó en un escueto inglés que no íbamos a poder bajar.
Somos 3.600 pasajeros y hay veinte personas que tienen síntomas. Es algo insignificante, y por eso hay mucha indignación, sobre todo entre los argentinos que queríamos conocer Malvinas», añadió.
El crucero partió de la ciudad chilena de Valparaíso el 22 de diciembre pasado y tiene un itinerario que toca los puertos de Puerto Month, Punta Arenas, Ushuaia, Islas Malvinas, Puerto Madryn, Montevideo y, finalmente, Buenos Aires.
«Lo más indignante de todo es que ninguna autoridad explica cómo es posible que por veinte casos de colitis no dejen bajar a la tripulación de todo un crucero, remarcó el argentino. Peresson precisó que «el único que dio la información fue el capitán, un tal William Kent, quien días pasados comentó que había algunos casos de gastroenterocolitis en el barco y que se iban a tomar precauciones».
«Al llegar a Ushuaia teníamos bandera roja y sorpresivamente pasó a amarilla. Por eso bajamos y subieron nuevos pasajeros. No entendemos lo que ocurrió ahora en Malvinas. Y lo peor es que nadie explica nada», concluyó.
Fuente: NA