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Hoy salpicón de temas: “los yanquis al ataque”, “funcionarios en la mira de la justicia”, “me da pánico el botón de pánico” y más…

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pánicoPor Marcela Hinojosa

Semanas agitadas en el Valle, no solo por la época de cosecha, comienzo de clases, época de exámenes, de envasado, de prepararse para el invierno, sino en gran manera por un año electoral que indefectiblemente (aun cuando inocentes digamos que “no somos políticos” o que “no nos interesa la política”) va a atravesar nuestra vida diaria, y principalmente nuestra vida futura.

La verdad que la época de elecciones es buena, primero porque reafirma nuestra Democracia, dejando más atrás la época nefasta de dictaduras, desapariciones y muertes. También es buena, porque todos (los que están gobernando y los que quieren hacerlo) despliegan todo su aparato de seducción, y por un par de meses nos tratan como reyes, realizando obras, consiguiendo cosas, prometiéndonos amor eterno y mejores condiciones.

Esta semana, más allá de los temas que abordaron los medios (porque son importantes para la comunidad o porque son importantes para ellos y sus intereses), quisiera acentuar un hecho que no ha sido muy destacado en periódicos o noticieros de TV, y que realmente puede cambiarnos la vida de todos. Me refiero a las sanciones de EE.UU contra Venezuela, aduciendo que el país gobernado por Maduro representa un “riesgo extraordinario” para la seguridad del país del norte. El hecho, que ha despertado la alarma en todos los mandatarios latinoamericanos, no representa solo una patoteada más, o una estocada para limar o derrocar al gobierno venezolano, sino que es sobre todo, la demostración de que el poder dominante económico (con gobiernos y políticos acordes) viene con todo para derrotar lo que ellos llaman en forma peyorativa los “gobiernos populistas” de la región.

Yo estoy segura que muchos dirán que “hay que hacer un cambio”, “que la era K”, “que la corrupción”, etc. etc. Más allá de lo que pensemos o digamos (o creamos pensar y digamos), la realidad es que a nadie (excepto a las oligarquías, empresas transnacionales, o megamillonarios) conviene un giro en las líneas ideológicas, políticas y/o económicas. Y hablo no solo de los pobres (a los que se acusa de vagos por recibir la AUH), sino de los señores, señoras, y pibes y pibas bien, de clase media, los que trabajan todos los días, los que generan lugares de trabajo, los que viajan, compran deptos, autos ceros, vacaciones. A nadie le sirven los gobiernos que endeudan al país, los gobiernos que deciden achicar al mínimo el Estado para que las mega empresas hagan sus mega negocios, los que dejan de lado los sectores más vulnerables generando desempleo, hambre, necesidad y potenciando la delincuencia y la inseguridad. A nadie le sirve un gobierno que libere importaciones y destruya la industria nacional, o que, en lugar de generar ingresos con impuestos a quienes más tienen decida recortar gastos reduciendo salarios, despidiendo gente, privatizando servicios. Estas cosas ya pasaron, no solo en Argentina, sino en toda Latinoamérica y las llevaron adelante gobiernos obsecuentes del poder económico, chupamedias de EE.UU.

El ataque a Venezuela, según lo que declaró el ALBA, “constituye una agresión sin precedentes para la estabilidad de Venezuela y, por consiguiente, de nuestra región”. Y es grave, no solo para nuestros hermanos bolivarianos, sino para todos los que día a día creemos en el laburo como herramienta de crecimiento, para los que tenemos la esperanza de que nuestros hijos puedan estudiar, crecer, tener su casita, vivir felices. Por eso, más que nunca en época de elecciones es importante saber qué clase de país queremos, y sobre todo, saber quién es quién y para qué lado juega.

Cambiando de tema (pero no tanto), y ya aterrizando en nuestro Valle de Uco, la verdad que hay cosas que suceden todos los días y que, o no aparecen en los medios, o aparecen borrosas. Para no ser tediosa en esta columna, hago una enumeración de situaciones (algunas bastante graves), con la intención de que por lo menos, no pasen desapercibidas. A continuación el “Top ten” de los temas de la región. Hasta la próxima!

1-El botón de pánico que me provoca pánico

Se les ocurrió poner el sistema de botón antipánico en San Carlos. Dos cosas: la primera, que mucha gente se alarma porque “si lo han puesto, es porque la inseguridad es tremenda”. La segunda: no hay estructura para dar respuesta; en caso de que se activen dos o tres botones a la vez, varios van a quedar sin respuesta.

2-Medios de in- comunicación que dan vergüenza ajena. Diariamente no solo se escuchan (o leen) “burradas” en los medios de comunicación locales. Lo más preocupante es que varios la juegan de “operadores políticos”, difundiendo falsas informaciones sin ningún tipo de seriedad periodística o valores éticos.

3-Políticos que aspiran a cargos mientras están en la mira de la justicia. El caso de Eduardo Giner es relevante. No se sabe si es peor sospechar que pudo estar involucrado en una estafa al municipio de Tunuyán, o creer que “las cosas las hacían sus funcionarios” y él no sabía nada (deja muy mal parada su capacidad de controlar a su gente).

Otros que también preocupan

4-Mujeres que padecen acoso sexual tanto en el ámbito privado como en el estatal.

5-Falsos diarios que aparecen en época de elecciones

6-Funcionarios que hablan de medioambiente y tienen todas las acequias podridas

7-Servicios hospitalarios que se cierran (y después lo desmienten).

8-El candidato presidencial prominero que se postula como el salvador de las economías regionales

9-La compra de votos con ladrillos

10-El servicio de correo que te lleva (cuando te las lleva) las boletas absolutamente vencidas