A Silvia Correale, rosarina y abogada especializada en los procedimientos que producen santos para los altares, algunos la llaman «monseñorina», título que le habría correspondido por el tiempo que lleva de servicio a la Santa Sede si hubiese sido varón y sacerdote. «Silvia es la promoción de la mujer en los ambientes masculinos de la Iglesia», la presentó el uruguayo Guzmán Carriquiry, cuando era subsecretario del pontificio Consejo para los Laicos. Eran los años 90 y hacía casi una década que Correale había llegado a Roma para estudiar derecho canónico. Ahora, a los 52, es la primera mujer latinoamericana inscripta como procuradora ante el tribunal de la Rota Romana y conduce unas cien causas -entre ellas la del beato José Gabriel Brochero- ante la Congregación para las Causas de los Santos, conocida como la «fábrica de santos».
El dato inédito, que fue publicado por un medio local (ReporteroXXI), es que Silvia Correale fue bautizada en la iglesia Inmaculada Concepción de La Consulta, siendo su padrino el consultino Rafael Chaud.
(fuentes: Diario La Nación y diario ReporteroXXI)