El otoño cálido empezará a despedirse este fin de semana. Anuncian días más fríos y nublados, con probables lluvias
Este viernes se empieza a meter el invierno por las hendijas. Al menos eso dicen los pronosticadores. Desde el viernes y hasta el domingo estará frío y nublado en el llano, y caerá la primera nevada en alta montaña. No será mucho. Quizás en esos tres días se acumulen unos 15 centímetros, pero será suficiente para tomar conciencia de que ya ha llegado la época más ásperada del año.
El doctor Federico Norte anunció que «las típicas temperaturas de otoño, con máximas de 20 grados», comenzarán a irse al menos este fin de semana. «Comienza un período de inestabilidad, que se extenderá hasta el domingo», informó.
Según el meteorólogo, esto se debe al ingreso de una vaguada, que generará cielo nublado y algunas lloviznas en el llano, con descenso de la temperatura y la máxima no superará los 16 grados el domingo.
En Punta de Vacas y hasta el límite con Chile este fenómeno producirá nevadas, que no serán intensas pero sí persistentes y que se extenderán durante todo el fin de semana. «No será un temporal significativo, pero se acumularán unos 15 centímetros», indicó Norte.
Entre la ciencia y el folclore
Los tiempos cambian. Ya son parte del folclore y de las anécdotas históricas aquellas predicciones que hacía el mítico Bernardo Razquin cuando mentaba el comportamiento de las hormigas para advertir (y acertaba) cómo vendría el invierno.
En algún lugar de la Patagonia Norte se recuerda aún a Roberto Tadeo, un hombre del Servicio Meteorológico que, a fuerza de registrar los datos diarios, se transformó en referente cuando los medios (los pocos que había) necesitaban una voz «experta». Con absoluta seriedad don Tadeo decía, cuando se le preguntaba cómo vendría el invierno: «Si llueve, va a venir llovedor. Y si nieva, va a venir nevador», sentenciaba. La frase se mantiene aún hoy, transformada en un dicho popular.
Pero todo ha cambiado. Ahora, más allá de que nada es absoluto, los pronósticos son más precisos, más certeros, más científicos.
Hace ya mucho tiempo que Irrigación viene remarcando que se vive en «emergencia hídrica» y que, más allá de que por ejemplo el 2017 fue un año de buenas y copiosas nevadas, esa emergencia continúa.
Los que conocen y frecuentan la montaña coinciden en que hace mucho que no hay inviernos duros. Diego Góngora, uno de los responsables de la operación de los helicópteros que trabajan para hacer estudios y mediciones para Irrigación, acudió a su memoria y sostuvo ayer que «creo que desde 1997 o 1998 no podemos decir que los inviernos fueron intensos».
Entonces, más allá de que aún no se han difundidos presagios, este invierno tampoco lo será.
Emergencia
La emergencia hídrica no se irá el próximo verano, por más que haya un buen invierno de nevadas en alta montaña. A pesar de la abundantes precipitaciones del invierno anterior, los caudales de los ríos de Mendoza fueron calificados entre «pobres» y «secos».
El invierno pasado la acumulación de nieve en las estaciones Palomares (Tunuyán), Toscas (Mendoza) y las que alimentan los ríos Diamante y Atuel fue mejor que otros años, pero no suficiente para salir del estado de alerta. Tampoco ocurrirá este año.
Fuente: Los Andes