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Festival del Agua y la Producción, una celebración hecha por y para el pueblo

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A un día de dar inicio al cronograma de actividades, Renzo Bertello, uno de los jóvenes y tantos organizadores del Festival, nos cuenta en primera persona como se viven los momentos previos al inicio entre la comunidad chilecitana.

Este sus líneas, el joven expresa que sienten nervios y ansiedad , porque siempre hay imprevistos, como en cualquier tipo de evento y festividad, pero que sin embargo, siente cierta tranquilidad al saber que resolver un problema siempre resulta más fácil cuando hay cimientos fuertes, sostenes y baluartes, refiriéndose al pueblo de Chilecito.

En este distrito del departamento de San Carlos, todos se ponen la camiseta para cualquier acontecimiento que los involucre y represente. No miran para otro lado, al contrario, siempre aportan su granito de arena, acompañando y dando una mano en lo que se pueda. Y eso es lo que ha sucedido con el Festival del Agua y la Producción, que nació por el año 2015 como una fiesta hecha a pulmón y que mañana cumple su 3ra edición, declarado evento de Interés Provincial.

El Festival del Agua y la Producción, que crece año tras año gracias al esfuerzo colectivo de su gente, a quien le pertenece, como bien dice Renzo, marca agenda y se ha convertido en una fiesta tradicional de los sancarlinos, que esperan el mes de febrero con ansias para convocarse en la plaza distrital, ver grandes espectáculos artísticos, apreciar los artesanos y degustar los típicos platos de la zona.

Nota de Renzo Bertello

Jueves, falta poco. La previa se respira en el ambiente: ya están llegando los camiones con los ranchos y el escenario. El festival sancarlino ya empieza a materializarse y la gente lo palpita. La ansiedad que cargamos quienes somos los responsables de que esto salga bien es infinita. Ansiedad y nervios. Nervios de los detalles, nervios de los imprevistos. Porque siempre hay imprevistos. La capacidad de la organización se pone en juego en el instante en que se ve cómo resolver un problema. Pero siempre es más fácil cuando hay cimientos fuertes, cuando hay sostenes, baluartes. Y eso es el pueblo de Chilecito, un gran bastión que empuja para un solo lado cuando de ésta festividad se trata. Es por eso que nunca nos sentimos solos, nunca estamos mal acompañados. Es incontable la cantidad de gente que se pone al hombro la realización de esto como si de algo que les pertenece se tratara. Y es así, les pertenece. Les pertenece a todos, y a nadie a la vez. Le pertenece a la consciencia y trabajo del pueblo en conjunto, a ese millar de personas que sin pedir nada a cambio va y se pone, llega sin que lo llamen y se compromete, propone y colabora, se predispone y entrega.

El Festival del Agua y la Producción es una gran tarea colectiva que está a punto de eclosionar. El resultado de lo que vean en éstos tres días va ser meses de actividades, notas, corridas, viajes, horas sin dormir, noches sin descansar, almuerzos sin terminar, cenas sin comer. Pero sobre todo, una gran cantidad de tareas hechas con el regocijo de algo que se hace bien, de una labor que se realiza por una noble causa. Nuestra pequeña fiesta, de ínfimos presupuestos en comparación con celebraciones como la Tonada, Rivadavia, y tantos otros, se levanta poco a poco, se erige con el orgullo de quien no tiene nada que ocultar, ni nada que perder. Con la humildad de saberse diminuta, pero con la soberbia de querer superar todas las expectativas. ¿Grupos empresariales inversores? Para nada ¿Presupuestos abultados de carteras del Estado? Menos ¿Fondos turbios provenientes de manos negras? Las más negras de las manos son del labriego que llega de la finca después de untar sus manos de tierra.

Sería enorme la lista de personas a las que hay que darle su cuota de agradecimiento. Pero preferimos dejarlo para otro momento. Cada uno sabe, cada uno tiene claro, qué es lo que necesita este pueblo. El Festival tiene esa cuota de expresión de cada una de las personas que participan de él, que les muestra su verdadera cara, su verdadera personalidad, su carisma y su empeño. Lo que valen, lo que tienen para ofrecer. ¿Qué valor tiene una fiesta que puede reunir todas éstas facetas? Ése es el que le damos al Festival del Agua y la Producción.

¡Salud Chilecito, salud San Carlos, salud Mendoza! La fiesta ha comenzado