Un radiólogo industrial fue condenado a 15 años de prisión tras un juicio oral en el que se le atenuó la pena al considerarse que en 2011 asesinó de siete balazos a su esposa afectado psicológicamente al verla chateando con un supuesto amante.
La pena del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 10 de Lomas de Zamora recayó sobre Héctor Pared (56) por el «homicidio agravado por el vínculo con circunstancias extraordinarias de atenuación» en perjuicio de Mónica Mareco (50).
La decisión de los jueces Daniel Manzini, Susana Silvestrini y José Ignacio Polizza coincidió con el pedido del fiscal Jorge Bettini Sansoni, el cual sostuvo que la situación en la que ocurrió el hecho afectó al radiólogo.
Sin embargo, el representante del Ministerio Público descartó la «emoción violenta» y la «inimputabilidad» de Pared, quien continuará con prisión domiciliaria en la misma casa donde fue cometido el crimen.
Es que durante el debate oral declaró un perito balístico respecto a que el revólver calibre .32 utilizado en el homicidio tiene capacidad para siete proyectiles en su tambor.
Según el especialista, el arma necesita cuatro maniobras para recargarse y, entonces, el acusado lo hizo por lo menos una vez debido a que el cuerpo de la víctima recibió nueve disparos.
Además, el fiscal Bettini Sansoni tuvo en cuenta el testimonio de seis psiquiatras, tres de los cuales consideraron que Pared era «inimputable» y los restantes que comprendió la acción de sus actos.
En tanto, el abogado Luis Ricardo Aliana, defensor del radiólogo, dijo que Pared «no recuerda lo que pasó» porque estuvo bajo «emoción violenta».
«No recuerda nada, pero él no quería que ella se fuera de la casa debido a que se iba todos los fines de semana y volvía los lunes», contó el letrado.
En sus «últimas palabras» antes de conocerse el veredicto del TOC 10, el ahora condenado dijo: «Aún la amo, duermo todas las noches pensando en ella porque está conmigo».
El hecho que se ventiló en el juicio ocurrió el jueves 18 de agosto de 2011 en una casa situada en Deán Funes al 2840 de Lanús Oeste, en la que la víctima convivía junto a Pared tras estar casados durante 30 años.
De acuerdo a la etapa de instrucción, el hombre, un reconocido técnico radiólogo industrial especializado en oleoductos, encontró a su mujer sentada frente a la computadora presuntamente conversando a través de la red social Facebook con quien él sospechaba que era un amante.
Tras efectuarle los disparos con el revólver, Pared tuvo la intención de suicidarse, pero su hijo justo llegó a la casa, se abalanzó sobre su padre y se lo impidió.
Es que el joven había declarado que el padre lo llamó la noche del jueves diciéndole que se había «mandado una macana» y que se iba a suicidar porque había matado a la madre.
Las fuentes agregaron que el chico concurrió a la casa y se encontró con que Mareco yacía en el suelo con nueve tiros en la cabeza y a su lado había un bolso, porque aparentemente estaba por abandonar el hogar conyugal.
A los pocos minutos, arribó al lugar la Policía y se dispuso la detención del radiólogo, que quedó acusado de «homicidio agravado por el vínculo».
Según las actas de procedimiento labradas en el lugar, el revólver utilizado era de un abuelo del acusado, tenía documentación que acreditaba la propiedad pero el profesional carecía de tenencia o portación.
Si bien Pared y su mujer convivían en el mismo domicilio, discutían permanentemente, dormían en diferentes camas y estaban separados de hecho desde hace años.
Fuente: Télam