Es de Tupungato y viene de recibir la banda en la Fiesta de los Estudiantes. Está integrado en una escuela común.
El domingo a la madrugada, cuando en Tupungato se anunciaba que Martín Ábrego (17) era el nuevo virrey de los estudiantes, la multitud de jóvenes que participaba en la clásica fiesta de elección anual aplaudió de forma efusiva.
Es que el candidato elegido para acompañar a los nuevos Rey y Reina no sólo es un joven reconocido en la comunidad por que baila folclore, hace deportes, compite mostrando destrezas criollas y es un excelente alumno, sino que es sordo y los últimos días demostró poder ser parte de las actividades juveniles como cualquiera de sus pares, transmitiendo como mensaje la importancia de que estos eventos sean inclusivos y del lenguaje de señas para comunicarse.
«Está feliz. Llegó a las 6 de la mañana, después de la fiesta, con la banda puesta y todavía festejando», relata Estela Cantos, a pocas horas de que su hijo supiera que había sido elegido virrey y después de una semana intensa, no sólo por las actividades sino por las emociones experimentadas por toda la familia.
Según contaron, fue hace un par de semanas cuando Martín llegó a la casa y contó que iba a representar a sus compañeros del Tercer año del anexo de la escuela Ernesto Piaggi -del distrito rural Gualtallary- para la elección de Rey Estudiantil.
«Iba a presentarse otro compañero que no pudo y sus compañeros dijeron: que se presente el Martín, y el nomás aceptó. Yo al principio no quería, por los miedos de siempre, pero al final salió todo bien y siempre cuesta, pero uno después ve los frutos. Martín ahora logró un montón. Como que venga un intérprete y que el Municipio y la gente vean la necesidad de que haya oportunidades para los chicos sordos, que acá faltan porque para ellos no hay nada», relató su mamá.
El desafío era grande para ella, pero sobre todo para su hijo, que tiene hipoacusia bilateral profunda, es decir, no escucha. A pesar de ello, y gracias a un implante cloquear, ha podido cursar toda la escolaridad de forma integrada, tanto en la primaria como en la secundaria. Además, ha participado en distintas competencias y torneos en distintos ámbitos.
Por eso, también, para él no fue dificultoso animarse a esta oportunidad en la que aprovechó para mostrar la importancia del lenguaje de señas, lo que logró gracias a que el municipio le puso a disposición un intérprete. Este lo acompañó en las actividades previas a la elección para que pudiera ser, como todos, entrevistado en radios y televisión, e integrarse sin dificultades al grupo de jóvenes que concursaban por la corona estudiantil.
«Primero le costó un poquito y ya después le agarró el ritmo. Algunas preguntas él sabe responderlas hablando. Como por ejemplo, si le preguntan cómo está o qué le gusta, y cuenta que los caballos o las motos. Gracias al implante escucha la voz, no entiende todo, pero le alcanza para poder después responder», detalló Estela, destacando que para esta experiencia fue importante la compañía de la prima de Martín, Gisela Díaz, que era candidata a reina.
«Se han criado juntos y lo acompañó estos días, aunque él ahí nomás se integró al grupo de candidatos», expresó esta mujer que además de Martín tiene otros dos hijos: Jonathan (19) y Morena (5).
Así, la alegría del anuncio de ayer no sólo lo alegró al joven postulante, sino a toda su familia y a gran parte de la comunidad porque «lo conocen el 80% de los tupungatinos», como dijera su mamá, por ser un chico «hiperactivo». Además de las clases normales, asiste a apoyaturas en contraturno en una escuela especial, baila folclore con un ballet, lo que lo ha llevado a estar en escenarios de fiestas departamentales, practica deportes y ha estado en juegos Evita. Ahora participará junto con una escuela de Tunuyán en un intercolegial de fútbol 5.
«Lo que tiene es que le gusta siempre tener los primeros puestos. Es muy exigente. Él estaba seguro de que algo iba a ganar. Otra cosa: de los años de secundaria jamás se llevó una materia. Yo también con eso tenía miedo y pensé que no se iba a poder integrar y las profesoras y las preceptoras me dijeron que sí, por lo que veían en sus cuadernos, y cuando me entregaron el primer boletín me dijeron: vio mamá que pudo», cerró Cantos, destacando apenas un detalle más de lo que hace a Martín un joven ejemplar.
Fuente: Diario Uno