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Estiman una gran cosecha de cerezas para esta temporada, pero peligra la exportación

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La estimación se debe a que hay buena producción pero de calibre chico, que no sirve para exportación porque la rechazan.

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) la llamó la «superfruta mendocina». Rojas, húmedas y suaves, si la manzana no les hubiera ganado de mano, las cerezas serían seguramente el fruto prohibido. Su cultivo está en pleno crecimiento en Mendoza y el pronóstico de cosecha para este año es realmente auspicioso, aunque los productores tienen sus reservas.

«Provenientes directamente de Mendoza, las cerezas están llenas de antioxidantes llamados antocianinas que ayudan en la reducción de enfermedades cardíacas y cáncer, y son una de las pocas fuentes alimenticias que contienen melatonina, un antioxidante que regula el ritmo cardíaco y los ciclos de sueño del cuerpo», así promociona la CAME a las cerezas mendocinas, cuya cosecha ya comenzó en las zonas del Norte e iniciará esta semana en el Valle de Uco.

Para este año, según el pronóstico de cosecha elaborado por el Instituto de Desarrollo Rural (IDR), se espera una cosecha de fruta fresca de 5.901 toneladas en 688 hectáreas, muy por encima del último registro, de 2.035 toneladas, estimado en 2015. El año pasado el IDR no realizó esta estimación.

De acuerdo con los datos técnicos, el Valle de Uco cultivará unas 4.816 toneladas con una superficie de 514 hectáreas, principalmente de la variedad bing. Le sigue el Norte, donde se espera una producción cercana a las 850 toneladas en menos de 150 hectáreas.

Sin embargo, para los productores en los hechos la cosecha no será tan importante como la esperada por el organismo oficial. Alberto Carletti, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Tunuyán, dijo que no cree que se dé el pronóstico.

«Hay cereza de calibre chico, la producción es buena, hay muchos cultivos que tienen exceso de carga y eso puede ser un problema para el mercado, porque el mercado de exportación no lo acepta, no se pueden enviar frutas chicas», explica.

Contó que otro de los problemas que tienen es que el sector industrial está con stock de cerezas de años anteriores, por lo que no habrá una demanda importante. «Cuando transcurran unos diez días de la cosecha vamos a evaluar esto, porque la fruta de calibre chico no se cosecha, porque tiene un costo muy alto y no tiene mercado», aseguró.

Pablo Manitta, administrador de una finca de la zona Norte de Mendoza que ya está finalizando su cosecha, dijo que ellos tuvieron una producción promedio. «No es que ha sido extraordinaria como fue la del 2016, estamos dentro de los parámetros normales. Sí lo que ha pasado es que la calidad ha estado un poco resentida por cuestiones climáticas. En plena época de maduración de la fruta nos agarraron lluvias intensas seguidas de mucho calor y eso resiente la firmeza del fruto», contó.

Explicó que en 2015 la producción fue muy poca y que en 2016 fue extraordinaria, por lo cual ninguno de los dos pueden tomarse como años de referencia. «Nosotros este año hemos estado en el calibre promedio, pero ha sido medio bajo la calidad. En algunas variedades, como las polinizadoras, hemos cargado bastante las plantas, pero el fruto tuvo poco tamaño. A algunas se les podrá dar destino que no sea consumo en fresco», agregó.

El 50% se consume en fresco

Alberto Carletti, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Tunuyán, explicó que Mendoza siempre ha tenido volúmenes bajos de exportaciones de cerezas. Según sus datos, lo que se vende fuera del país no supera el 20% de la producción. Entre el 40% y 50% se comercializa para la venta en fresco y el resto se destina a la industria.

«El año pasado tuvimos una muy buena cosecha. Lo que nos pasó es que terminó en el mercado interno y las industrias absorbieron todo eso, con lo cual el mercado industrial este año no lo va a hacer en igual medida porque también influye que con la apertura de las importaciones entró cereza al marrasquino de Chile», sostuvo el productor.

Carletti se mostró preocupado por el tamaño de la fruta y dijo que quizás la de calibre chico no consiga mercado y tengan que dejarla en las plantas. Además, dijo que las lluvias del fin de semana podrían afectar el fruto dado que son variedades susceptibles a ser dañadas y eso perjudicaría la comercialización para el consumo en fresco.

Fuente: Diario UNO