Los últimos aumentos en el costo del servicio, junto con el incremento del consumo, provocan una subida en el precio final de la factura.
Con las nuevas tarifas de gas y la llegada del frío a Mendoza, algunos usuarios pagarán incluso más de 11 mil pesos en sus facturas de junio y julio, meses históricamente más fríos en el año.
Esto se debe a que en la época invernal el consumo de gas aumenta entre tres y cinco veces más que al final del primer trimestre del año, por lo que en lugares como el Valle de Uco -donde luego del incremento de Abril recibieron boletas de más de 10 mil pesos-, tendrán que pagar el precio de enfrentar los días más crudos que han transcurrido durante el 2017.
En los consumos históricos se puede apreciar que, como ocurre en general, el bimestre de junio y julio suele tener cerca de un 20% más de consumo respecto a abril y mayo. En alta montaña se da un panorama similar: el comerciante Ricardo Jatib, de Uspallata, indicó que se utiliza entre 4 y 5 veces más gas que en el resto del año.
«Acá usamos envasado, que cuesta unos 250 pesos los 15 litros. El consumo se multiplica y tenemos que comprar cinco veces más que antes cuando llega julio», detalló. «Cuando uno tiene chicos, necesita mantener la casa calentita».
Los incrementos se deben a que desde el 1 de abril rige en la provincia y el país una nueva tarifa de gas natural, que fue del 19% al 36% para sectores residenciales y comerciales, siempre y cuando se haya ahorrado respecto al mismo periodo de hace dos años: a quienes consumieron más, el valor final llega a duplicarse.
Para los usuarios residenciales de categoría R1 y R2, hubo un incremento del 21%. Para aquellos categorizados R3, fue del 10%. Esto significó que el metro cúbico de gas, que iba del $1,80 para el R1, ahora vale $2,10; mientras que el R2 promedio llegó a 64,80 pesos.
El otro aumento se dió en el traslado que realizan las empresas del gas (VAD), donde el costo fijo de factura fue de los 45 a los 60 pesos para R1 y R2. Todo esto confluyó para que las boletas terminaran en varios casos con cifras de cuatro dígitos, a pesar de que Mendoza tuvo un umbral más amplio de consumo dentro de cada rango.
Para ahorrar
Existen tres variables que señalan algunos gasistas para considerar cómo reducir el uso del gaso, que van desde la cantidad de estufas o el estado de la vivienda. «Todo depende del tamaño de la casa y la ubicación de la estufa», explicó el gasista matriculado Sebastián Cáceres.
Por lo tanto, si el lugar es amplio, es suficiente con un calefactor a gas. «Para poder ahorrar lo que conviene es encender la estufa muy fuerte, y cuando se llega a la temperatura ideal, se lo pone en mínimo, casi en piloto, para mantener el ambiente deseado» recomendó el especialista.
En lugares pequeños, las estufas eléctricas -trasladando el gasto del gas a la boleta de luz- se pueden aprovechar de mejor manera debido a que su efecto es localizado. Además, en cuanto a seguridad, es la opción que resulta ganadora dentro del baño.
«Para poder ahorrar hay que educar a los usuarios. A veces dejan al máximo la estufa todo el tiempo cuando no es necesario, termina siendo lo mismo en cuanto a beneficio si aplicamos esto de encender por dos o tres horas a máximo y luego dejar en el mínimo, aunque esto último es más barato», recordó.
La clave para que esto funcione está en el estado de la casa y la ubicación de la fuente de calefacción. «Hay que pensarlo como una heladera: mientras más se abre la puerta, menos efectividad tiene. Con una vivienda hay que asegurarse primero de eliminar los lugares por donde el calor se ‘escapa'», recomendó Cáceres.
Fuente: El sol online