Antes de hablar de sus múltiples beneficios, es interesante definir qué es la moringa. Se trata de un árbol que aporta al organismo múltiples beneficios gracias a sus numerosas propiedades de carácter medicinal.
Muy utilizado para la recuperación de personas con déficit alimentario en zonas deprimidas, este producto llega a conocerse en muchos sitios como árbol milagro. Fácil de cultivar y caracterizado por su rápido crecimiento, el conjunto de propiedades que reúne esta planta es tal que consigue paliar de forma eficiente las necesidades nutricionales que, por desgracia, son tan comunes en muchos países en vías de desarrollo.
¿Cuál es su secreto?
Como se ha mencionado, la gran cantidad de nutrientes, vitaminas y proteínas que encierra esta planta es lo que la hace tan valiosa a nivel alimenticio y medicinal.
Contiene flavonoides que se caracterizan por su gran poder antioxidante y son altamente beneficiosos para la salud del sistema cardiovascular e inmunitario. También podemos encontrar en la moringa el ácido clorogénico, otro potente antioxidante que también tiene propiedades antiinflamatorias. No menos importante a nivel medicinal es la presencia de ácido ascórbico o vitamina C, vitaminas A, E y B, así como sales minerales de diversos tipos y ácidos grasos insaturados que se encuentran principalmente en la semilla de la planta, una de las partes más destacadas a nivel nutricional. Esta planta también cuenta con la presencia de distintas proteínas fundamentales para la completa alimentación de las personas y aminoácidos esenciales para la buena salud.
¿Cuáles son sus usos?
Como consecuencia de estas propiedades y este valor nutricional completo que presenta el árbol, sus distintas partes se utilizan para completar y sustentar la alimentación de muchas personas que lo necesitan. De igual modo, el ganado se puede criar de forma saludable con este alimento y, además, sirve como base para la obtención de nutrientes específicos de cara al tratamiento de diversas dolencias que los requieren.
Pero no se trata únicamente de un modo de supervivencia para las zonas más pobres, también se puede encontrar en multitud de establecimientos especializados en dietética, así como en herboristerías que los venden en los más diversos formatos. Existen por tanto múltiples productos diseñados con distintos fines alimentarios y curativos que contienen la moringa como agente principal de acción.
Es fácil encontrar suplementos vitamínicos naturales formulados con moringa en los que las hojas y las vainas de semillas son la fuente principal de nutrientes. Por otro lado, es recomendable el uso de té de moringa para el control de la tensión arterial, la reducción de los niveles de azúcar en la sangre o para ayudar a una dieta de adelgazamiento.
No menos interesantes resultan las cápsulas diseñadas para la mejora del estado de ánimo, la potenciación de la energía y el control del azúcar.
En cualquier caso, la ingesta regular de productos con moringa ayuda a mantener una dieta más saludable, más completa y más equilibrada. De este modo se fomenta una salud más fuerte y un estado general más adecuado para personas de cualquier edad.