A nivel nacional, Mendoza es la cuarta provincia con la tasa más alta en violaciones.
Según el informe de Estadísticas Criminales del Ministerio de Seguridad de la Nación, durante el 2017 se registraron 348 víctimas de violación en Mendoza, 37 de ellas en Valle de Uco, sobre un total de 3.921 en todo el país. Esta cifra es superior a las 234 víctimas del 2016, pero levementre inferior a las 357 del 2015.
Referentes del sector destacaron que las víctimas se animan a denunciar cada vez más este tipo de situaciones ante la Justicia y que se acercan “a un número que tiene que ver con la realidad”.
A su vez, si se tiene en cuenta cantidad de habitantes, Mendoza es la cuarta provincia con la tasa más alta de violaciones con 18 víctimas cada 100 mil personas. De esta forma se ubica detrás de Misiones (22,3 c/100 mil), Salta (21,20) y Chubut (20,60).
Los números por departamentos
Del total de las víctimas por violación registradas en el 2017 en Mendoza, el departamento que más casos registró fue Guaymallén (71), seguido por Las Heras (49), Capital (29) y Maipú (28).
En tanto, en la región Valle de Uco, se registró un total de 37 víctimas: Tupungato con el número más alto (20); seguido de Tunuyán (14) y en último lugar San Carlos (3).
La Directora de Género y Diversidad de la provincia, Silvina Anfuso, explicó que los números publicados por el Ministerio de Seguridad de la Nación coinciden en el tiempo con la creación en 2017 de la fiscalía de Delitos Contra la Integridad Sexual. “Cuando las instituciones se abren a estas problemáticas, logran registrar efectivamente la magnitud que tiene este problema. Si no tuviéramos instituciones especializadas, difícilmente podríamos registrar estos datos”, explicó.
En ese sentido, y teniendo en cuenta el tipo de delito, Anfuso destacó que en muchos casos la víctima no realiza la denuncia penal. Sin embargo, ante las herramientas de asistencia y contención que se están abriendo camino, son cada vez más las que se animan a dar este paso.
“Nos estamos acercando a un número que tiene que ver con la realidad. Creo que los abusos sexuales siempre han estado de forma muy extendida, inclusive en los ámbitos familiares”, explicó.
Por su parte, las licenciadas Tamara Kogan y Florencia Palma de la Red de Psicólogxs Feministas Mendoza destacaron que las estadísticas, desde su punto de vista, no son representativas de la realidad. «Sabemos que hay muchas personas que han vivido situaciones de violencia (acoso, abuso, violación, etc.), que pasan por el sistema de salud sin obtener ninguna herramienta o recurso saludable, que las potencien para poder atravesar esta situación de vulnerabilidad; porque sabemos los costos subjetivos y sociales que implica para la persona el hecho de poder poner en palabras lo que vivieron», indicaron.
Poner los hechos en palabras
En referencia a los motivos que han influido en que las víctimas se animen a realizar la denuncia, la funcionaria del Gobierno provincial destacó que a partir de #NiUnaMenos en 2015 “muchas más mujeres que son víctimas de la violencias machistas, la que fuere, psicológica, sexual, económica, física se animan a denunciar”, lo que permite visibilizar más estas situaciones.
En ese sentido, Kogan y Palma destacaron los movimientos sociales y el impacto favorable «que tiene que ver la concientización del consentimiento en torno a experiencias sexuales -no sólo nos referimos al coito-. Es decir, haber podido resignificar un collage de situaciones que en un primer momento aparecían naturalizadas, enquistadas durante años sin haber podido ser resignificadas, nombradas como experiencias sexuales fuera del consentimiento; enquistadas por sentimientos de miedo, culpa, vergüenza, etc».
A partir de estas situaciones, las psicólogas destacaron una de las estrategias para «salir del silencio», aunque no la única, es la denuncia, «con todo lo que esto implica en términos de costo de energía psíquica para afrontar el circuito legal y lo que implica para la subjetividad de la persona que denuncia el hecho de revivir una y otra vez un acto violento» y agregaron que este acto conlleva «un mayor riesgo para la vida de la persona que está en situación de violencia y vulnerabilidad psíquica, emocional y/o física, y más si no hay una desvinculación previa de la persona victimaria».
Herramientas para asistir a las víctimas
Con respecto a la ayuda a las víctimas de violencia, Anfuso destacó que existen 11 hogares de protección en toda la provincia y que la mayoría de las mujeres que acuden a los mismos entre los tipos de violencia que padecieron se encuentra la sexual como una de las principales.
A su vez, el cuerpo de patrocinio jurídico asiste legalmente a las víctimas y, hasta el momento, “ha tomado más casos de abuso vinculado al abuso sexual y la violencia machista en los lugares más alejados que en el Gran Mendoza”, destacó la funcionaria.
Esto se debe a que “muchas personas, generalmente en los lugares con menos población, donde se conocen entre todos, buscan abogados fuera de esa zona, para poder instar frente a un hecho de delito contra la integridad sexual porque descreen de la Justicia, por lo que todos se conocen”, explicó.
En ese sentido destacó además que continuarán trabajando a través de las campañas y capacitaciones con el objetivo de profundizar las redes de detección y asistencia.
Fuente: El Sol