Durante las últimas semanas, nadie sabía cuál sería el destino de la única sala del Valle de Uco, a partir de las diferencias con los propietarios del inmueble. En octubre, venció el contrato de alquiler que mantenía la comuna con la familia Bianchetti y se desató el conflicto. Sucede que los propietarios pedían un aumento del precio de locación (se iba a 30 mil pesos), que el equipo de Difonso dijo no estar en condiciones de afrontar, «dada la actual crisis». Entonces salieron a relucir las inversiones en obra que había realizado el municipio y los Bianchetti hablaron de falta de diálogo.
Finalmente, ambas partes llegaron a un acuerdo y firmaron la renovación del contrato. El documento habla de un alquiler mensual de 25 mil pesos, con opción a compra por una suma considerable y en dólares. Difonso se mostró conforme con lo acordado y calificó de «imposible la compra por el momento, salvo que Nación o Provincia estén interesados en financiar nuestro desafío».
El jefe comunal anunció que en febrero volverá la agenda cultural departamental al sitio y, esta vez, «recargada con las propuestas que puedan venir desde Mendoza».
El debate local que se suscitó en torno al peligro de cierre del cine, sacó a la luz varias perspectivas. Este escenario no está en condiciones para recibir algunas obras de envergadura, que habían quejas por su estado general y que algunos artistas del medio piensan seguir luchando por un espacio «que sea de los consultinos».
La comuna acordó con Provincia la realización de una serie de obras de refaccionamiento del edificio. «La sala se mantendrá cerrada durante todo el mes de enero y quizá un poco más, hasta que finalicen las mejoras», expuso Difonso. El proyecto contempla el fortalecimiento del escenario, colocando un material especial que indicaron los técnicos provinciales.
También, deben construir una rampa de acceso para que las personas con discapacidad puedan subir al proscenio y reacondicionar distintos sectores, como las butacas que están en malas condiciones o la zona del pullman. Antes de reabrir sus puertas, la emblemática sala Real de La Consulta ya acumula eventos para su agenda 2016.
Uno de los debuts en la pantalla corresponderá a la película Voladora, que realizó el artista plástico y cineasta mendocino Gustavo Coppoletta. El filme está inspirado en algunas de las vivencias reales del aviador francés y héroe de la Primera Guerra Mundial, Henri Guillaumet, quien en 1930 cayó con su avioneta cerca de la Laguna del Diamante.
Una sala con historia
Después de 20 años de inactividad, el cine municipal Real de La Consulta volvió al ruedo en mayo del 2011. Entonces, una multitud se agolpó frente al viejo edificio de la calle San Martín, para celebrar el retorno a este sitio que supo ser punto de encuentro con el arte y con la comunidad por décadas.
La sala fue construida por Luis Bianchetti en 1950. Al principio, la familia quería levantar un aserradero en la zona y fue Luis quien cambió el destino de la propiedad para siempre.
El Real tuvo su época de esplendor en la segunda mitad del siglo XX y su pantalla acercó a este rincón valletano las grandes producciones nacionales e internacionales que ofrecía el séptimo arte. Como bien patrimonial, reúne grandes momentos y grandes anécdotas. Una digna de ser rescatada ocurrió en enero del año pasado.
El cantante internacional Armando Manzanero viajó hasta una bodega sancarlina, que iba a elaborarle un vino propio. Por esas cosas que tienen los sancarlinos, lo invitaron a conocer la sala y Manzanero se mostró tan entusiasmado que le pidieron que improvisara un pequeño show un lunes, al mediodía. «El cine estuvo lleno, la entrada era gratuita y el cantante interpretó algunos temas con la Cangemi. Qué más se puede pedir», contó el intendente Difonso.
(FUENTE: Diario Los Andes/ Gisela Manoni)