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En esta primavera, simplemente un mensaje de Paz

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Malala Yousafzai Nobel de la Paz 2014
Malala Yousafzai Nobel de la Paz 2014

La paz es poder vivir tranquilo, es la convivencia en armonía entre todas las personas, es respetar y ser respetado. La paz es una vida saludable libre de violencia, de temor, de miedo, de injusticia y olvido.

Pensar la paz en tiempos de guerra, es una constante rememoración de los millones de muertos y asesinados en manos de tal acto destructivo y devastador. Recordar, saber de las tragedias que han azotado al mundo y que lo siguen haciendo, reflexionar sobre múltiples conflictos bélicos que se han llevado la sangre de hombres, mujeres y niños, es un camino para comenzar a repudiar y denunciar cualquier acto que pueda llegar a atentar contra la paz mundial e individual de cada persona.

Hablamos de paz y lo primero que se nos viene a la mente, de un modo latente y amenazador, es la guerra; más allá de las múltiples formas y caminos de llegar a perturbar y violar los derechos de todas las personas, como los simples actos y actitudes cotidianas de egoísmo, individualidad, marginalidad, racismo, represión, discriminación, intolerancia, violencia, mezquindad.

Desde nuestro lugar del mundo, como argentinos, no recordamos sin sentir un dolor cercano, presente hasta el día de hoy; decir paz, decir guerra, es decir “Islas Malvinas”, es decir “Nunca más”.

En el año 1981, el 21 de septiembre fue declarado Día Internacional de la Paz, por las Naciones Unidas. Con la intención de provocar un alto al fuego en todas las zonas afectadas por la guerra, con el fin de promulgar conciencia y reflexión en todas las naciones y pueblos del mundo, el día es conmemorado como tal.

Haber llegado a establecer un día para que las personas reflexionemos que, mediante la paz será la única manera de poder vivir en una sociedad justa y humanizada, es algo no muy gratificante, pero así es, lamentablemente. Hoy en día se torna una obligación reflexionar en medio de los tiempos convulsos y turbulentos que nos toca vivir. Pensar que en el siglo XX murieron, aproximadamente, 160 millones de personas, en manos de los hombres que matan a otros iguales a ellos; mandados a triunfar, por aquellos que toman las decisiones de arrebatar lo que les convenga y sea necesario con tal de obtener beneficios económicos, territoriales, etc. es inmensamente triste.

La conmemoración de la fecha busca que en cada nación y pueblo del mundo nos planteemos la paz y, a la vez, que la cultivemos en armonía y biodiversidad. Es momento y deber, no ayer, no hoy, no mañana, sino todos los días de la vida, de poder promulgar y ejercer la paz. Ese tan preciado valor, por qué no el primero, que se hace de los demás; en tolerancia, justicia, respeto, en una vida digna, con educación, tranquilidad, inclusión. Diciendo no a la violencia, no a la discriminación, no al egoísmo, a la mezquindad e indiferencia, no a la exclusión, al desamparo, al olvido.

Desde mi pequeño lugar no puedo dejar de reflexionar y compartir con ustedes este momento, este mensaje tan necesario de ser transmitido y puesto en práctica incesantemente; no podía dejar pasar en estos meses del Estudiante, en el que millones de jóvenes se reúnen a compartir momentos y pasarla bien, celebrando su juventud llena de sueños y de un porvenir lleno de promesas e ilusiones en un mundo sin guerras; en la época de la primavera, donde los campos reverdecen y las flores comienzan a augurar el alargue de los días, con soles radiantes, con aromas intensos; esperando la llegada de una nueva época, buscando el principio y la continuidad de la vida. Eso es lo esperanzador de la primavera, cuando todo comienza otra vez y nos es dada una nueva oportunidad para ser, para estar, crecer, y florecer en armonía y en paz con todo el mundo.

Una reflexión, un momento, un deseo y un mensaje de paz por y para el mundo, simplemente eso.

 Por Facundo Romo