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El Riesgo País de Argentina volvió a escalar por la aversión inversora a los activos emergentes

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Alcanzó los 782 puntos básicos. A las adversas condiciones financieras y económicas locales se suma el ciclo negativo en Wall Street. Los bonos argentinos ofrecen tasas de hasta 14% en dólares

Se avecina una fría Navidad en Wall Street. Más allá del crudo invierno boreal, la caída de los valores bursátiles congeló las expectativas de los inversores del centro financiero del mundo y la «aversión al riesgo» fue aún más violenta para los activos emergentes.

En la Argentina, con un Gobierno que debió recurrir al socorro del Fondo Monetario para sostener el financiamiento del déficit y el pago de los compromisos de deuda, los bonos soberanos también pierden valor, situación que se refleja en un elevado nivel del riesgo país.

El riesgo país de Argentina medido por el banco JP Morgan subía 19 unidades o 2,5% en el día, hasta los 782 puntos básicos, niveles máximos desde que el presidente Mauricio Macri asumió la presidencia hace tres años. El 4 de septiembre el riesgo país finalizó en 783 enteros, máximo en cuatro años.

Desde Wall Street no llegan novedades alentadoras. El índice Dow Jones de Industriales, principal referencia de la plaza neoyorquina, recortó 12% desde el récord del pasado 3 de octubre, de 26.828 puntos a 23.600 unidades. Así, resigna en el último trimestre todas las ganancias del año y se apresta a terminar 2018 en negativo.

«Comienza la recta final de 2018, y la emoción está asegurada. La tormenta azota, y la volatilidad se hace presente. Los mercados tambalean al filo de un bear market, e incluso ya son varios los sectores del S&P500 que retrocedieron más del 20% desde sus máximos para entrar en esa penumbra», describió Matías Roig, director de Portfolio Personal Inversiones.

La salida de acciones norteamericanas es notable, pero mayor aún es para los activos de países emergentes, considerados más riesgosos, en un mundo que está encaminado a una desaceleración económica en 2019. La peor parte la lleva la Argentina, con un derrotero financiero difícil de explicar en el exterior: su moneda se depreció más de 50% en el año, y en promedio las acciones argentinas cayeron en la misma proporción medidas en dólares.

«Estamos transitando un viraje hacia activos seguros a nivel global. Entendemos que el incremento de la prima por riesgo responde principalmente al adverso contexto global», señaló Delphos Investment.

Los inversores de Wall Street atribuyeron las pérdidas al temor persistente a la desaceleración del crecimiento económico y a que esta semana la Reserva Federal (Fed) podría aplicar una nueva suba de las tasas de interés de referencia.

El presidente Donald Trump expresó que le parecía «increíble» que los miembros del comité de política monetaria de la Fed estuvieran considerando aumentar el costo del dinero nuevamente.

Un escenario financiero tan frágil también potenció la demanda por bonos del Tesoro de los EEUU, tradicional activo de refugio para los inversores. La mayor demanda eleva los precios de los Treasuries, por cuanto cae la rentabilidad, ahora en 2,895% anual para el título a 10 años.

Por el doble efecto de caída de la tasa de los bonos norteamericanos y aumento de la tasa de los bonos argentinos, crece la brecha entre ambos rendimientos, es decir, el riesgo país.

«La profundización del deterioro en las cotizaciones de los títulos públicos se está viendo acelerada no sólo por el desfavorable clima global sino en especial por el ‘riesgo político’ y el ‘riesgo de refinanciación’ que tendría lugar tras agotarse los recursos del FMI, algo que queda claro en el aplanamiento de la curva post 2019 con rendimientos ya mayores del 10 por ciento», indicó Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.

«Dentro de un entorno de volatilidad global e incertidumbre por el escenario electoral del año que viene, en el conjunto de la renta fija local luce conveniente priorizar el posicionamiento en bonos en dólares y de corta duración», aportó la banca de inversión Puente SA.

Las emisiones soberanas en dólares profundizan la caída de los precios en lo que va de 2018, en torno al 30%. Como la rentabilidad evoluciona en sentido inverso a las cotizaciones, los rendimientos de los títulos públicos argentinos suben a un rango entre el 10 y el 14 por ciento anual en dólares.

Por ejemplo, el Bonar 2025, con legislación argentina, ofrece una tasa de 14,1% anual, y el Discount 2033, también bajo Ley Argentina, rinde un 13,8% anual en el mercado secundario.

 

Fuente Ifobae