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El PDL busca atenuar la crisis italiana y proteger a Berlusconi

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Entre gestos de distensión de la crisis política que disparó la condena de Silvio Berlusconi por fraude fiscal, líderes del partido Pueblo de la Libertad mantuvieron reuniones, incluida una con el presidente, para discutir el futuro del gobierno y de su partido.

A la salida de un encuentro de dirigentes del PDL, el vicepresidente del Senado, Maurizio Gasparri, aseguró que nada cambió tras las declaraciones de Berlusconi, quien el pasado fin de semana señaló que quería que el gobierno continúe con su trabajo.

A su vez, la diputada del PDL Daniela Santaché insistió en que Berlusconi no pasará el año de condena que debe cumplir bajo arresto domiciliario ni lo conmutará por servicios sociales, sino que irá a prisión, tal como había anunciado el ex mandatario.

Un tribunal sentenció a Berlusconi a cuatro años de prisión aunque  sólo tendría que cumplir uno y en detención domiciliaria teniendo en cuenta su edad (76 años) o, en su defecto, cumpliendo servicio social.

Pero Santaché aseveró que «los italianos tienen que ver así que se envía a la cárcel a un hombre como Silvio Berlusconi», según detalló la agencia DPA.

Con el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, se entrevistaron dos líderes del grupo parlamentario del PDL, Renato Schifani y Renato Brunetta, pero no pidieron el indulto de Berlusconi, de 76 años, como previeron algunos analistas, porque esta prerrogativa del jefe del Estado no puede emplearse en este caso.

Quienes, como Berlusconi, acumulan otras condenas o tienen en curso otros procesos judiciales, están excluidos del beneficio del indulto, prerrogativa presidencial, señaló la agencia EFE.

En la reunión, celebrada en la sede de la Presidencia de la República, el Palacio del Quirinal de Roma, se trataron de encontrar las vías para garantizar que Berlusconi pueda seguir más o menos activo en política, dado que también podría perder su escaño en el Senado.

Tras reunirse con Napolitano, Brunetta y Schifani se dirigieron a la residencia romana de Berlusconi para abordar las conclusiones del encuentro con la cúpula del partido, entre ellos el secretario político y viceprimer ministro, Angelino Alfano.

El partido de Berlusconi, Pueblo de la Libertad (PDL ), es un socio clave del actual gobierno italiano, pero la condena contra el dirigente por fraude fiscal generó una crisis en el Ejecutivo, ya que los ministros del PDL amenazaron con renunciar el viernes.

Pero el propio Berlusconi contribuyó a la distensión cuando ayer domingo, por la noche, anunció en Roma que la coalición de gobierno que su partido apoya tenía que proseguir.

Letta celebró el comentario de Berlusconi e insistió en que el gobierno tiene que continuar con las reformas económicas. Por eso reclamó el apoyo de los legisladores del PDL a cambios legales que aún no han sido aprobados.

A lo que no renuncia el partido de Berlusconi es a la reforma de la Justicia, condición «sine qua non» que el ex primer ministro planteó el pasado viernes para no forzar la caída del Gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones.

Miles de simpatizantes se manifestaron el domingo a favor del millonario zar de los medios, al que celebraron como un «mártir de la libertad», víctima de una persecución judicial.

El ex primer ministro tiene pensado seguir en Roma hasta mañana.

Muchos miran ya más allá de Berlusconi, y piensan en su primogénita y presidenta del grupo empresarial familiar Fininvest, Marina, como líder de la resucitada Forza Italia, el antiguo partido que «il Cavaliere» quiere relanzar en septiembre.

El líder del Movimiento 5 Estrellas (M5S), el cómico Beppe Grillo, se apuró hoy a salir al paso de los rumores sobre la posibilidad de que su formación se alíe con el Partido Demócrata (PD) si Berlusconi y los suyos le retiren el apoyo al Gobierno. «Con o sin L, PD es lo mismo», replicó.

 Fuente: Télam