Es una estrategia del Ministerio de Salud para prevenir la arterioesclerosis, causante de los dañinos accidentes cerebrovasculares y los infartos. La medida será implementada desde marzo próximo.
La iniciativa contempla que cada 50 kilos de harina en lugar de utilizar un kilo de sal como se hace habitualmente sólo sean incorporados 750 gramos, manteniendo las características organolépticas del pan, como el color, la consistencia, la textura de la cáscara crocante y un sabor muy similar pero más sano.
La novedad fue comentada por Alejandro Saracco, cardiólogo y miembro del Programa Provincial de Prevención y Tratamiento de Enfermedades Cardiovasculares, ya que con una medida masiva de este tipo pueden evitarse 20.000 eventos cardiovasculares por año, según cálculos de la Organización Mundial de la Salud.
Esta medida se suma al retiro de los saleros de las mesas de los restoranes, implementado en diciembre último, con el objetivo de bajar los factores de riesgo, como la hipertensión, el colesterol, la diabetes y la obesidad, claves en el desenlace de un ACV o un ataque cardíaco.
Saracco explicó que “el cuerpo humano tiene arterias importantes y periféricas que atraviesan todo los órganos. Cuando se produce algún evento de este tipo es que dentro de la arteria se desprendió la placa (grasa) y se produjo un coágulo que la tapó; allí empiezan a verse los síntomas de un ACV, como estado de confusión, o la pérdida de visión de un ojo, o no se puede levantar un brazo, o sucede un terrible dolor de cabeza”.
El especialista indicó también que la mayoría de las personas conoce los síntomas de un infarto, por ejemplo el dolor de pecho, “pero con el ACV no pasa lo mismo, por eso insistimos en la difusión de las característica de un ACV, ya que el tiempo de actuación es clave para que el daño sea el menor posible”.
Si el paciente y los familiares pueden identificar el momento justo del inicio del ataque será de suma importancia, porque el llamado período de ventana para frenar el bloqueo con medicamentos es de tres horas.
La forma actual de alimentarse –con mucha sal y grasas hidrogenadas– hace que las personas que sufren enfermedad arterioesclerótica sean cada vez más jóvenes. Según Saracco, “antes eran cuadros propios de la vejez, ahora se ve en forma frecuente en personas de 30 años”.
La iniciativa es parte de una campaña nacional para reducir el consumo de sal, que ya tiene en varias provincias argentinas su correlato.
En Mendoza, algunas panaderías estaban enteradas de la acción y ya aplican la reducción de sal.
Es el caso de la panadería de Miguel Ángel Di Betta, ex titular de la Asociación de Panaderos: “ Yo sabía (de esta acción) porque la Federación de Industriales Panaderos la había difundido hace un par de meses en Buenos Aires. Yo hago el pan, y todos los productos, como pizzas y grisines, todo con 30% menos de sal. Y debo decir que ninguno de los clientes se ha quejado ni ha notado la diferencia”.
Fuente: Diario Uno