> Calendario del Archivo de Noticias <

El HCD de Tupungato distinguió a dos queridas personalidades del departamento

WhatsApp
Facebook
Twitter
Imprimir

 Se trata de Nelly Murua y de Lino Lucero.

En el marco de las acciones que promueve y lleva adelante el Honorable Concejo Deliberante (HCD) de Tupungato, este jueves fueron destacados dos queridos vecinos, Nelly Murua y Lino Lucero; quienes han marcado una importante trayectoria en el departamento. El reconocimiento se llevó a cabo en el recinto del HCD, con el acompañamiento de amigos y familia quienes se mostraron orgullosos.

“Esto ha sido aprobado por todos los Concejales y es una forma de devolver un poco el cariño y lo mucho que le han dado al departamento, desde lo profesional y lo humano. Queremos devolverles en este gesto, de parte de todos los tupungatinos, un agradecimiento especial a ellos” expresó la presidenta del HCD, Romina Pinti.

Nelly Murua

Fue la primera persona que ejerció la escribanía en el departamento. En 1960 se recibió de procuradora y escribana en la Universidad Nacional de Córdoba y comenzó a trabajar en un reconocido estudio notarial de la Ciudad de Mendoza, pero como su espíritu libre no aceptaba recibir órdenes, se lanzó a la aventura con todos los riesgos que eso implica y averiguó en qué localidades había un puesto vacante de escribano, por lo cual le dieron a elegir dos muy lejanos de la Capital, Tupungato y Malargüe, optando por el que quedaba más cerca de la Ciudad de la provincia. Su primer escribanía estaba en la planta alta del ex Cine Artemisia y se instalaba en una pensión durante la semana y luego viajaba a Mendoza a reencontrarse con su familia. A poco de llegar y empezar con las labores se puso a trabajar también, prestando servicios como escribana de la Municipalidad de Tupungato ad honoren, debido a las condiciones de aquel momento.

Además, sin las comodidades que ahora hay, Nelly tuvo que lidiar con la incomprensión y los perjuicios de mucha gente de aquel entonces, en un tiempo donde las mujeres estaban destinadas a ser amas de casa o trabajar en labores socialmente aceptados por la comunidad. También ha tenido una amplia participación en distintas actividades e instituciones comunitarias de Tupungato, siendo en su momento presidenta de la rueda interna del Rotary Club, Secretaria de la Cooperadora Policial y colaboradora del Rotaplast.

Durante más de 30 años fue la única escribana del lugar; hoy hay muchos ejerciendo este noble oficio, pero la pionera fue una mujer de grandes virtudes que abrió el camino a otros colegas.

En la actualidad, a pesar de no haber nacido en ese departamento del Valle de Uco, se considera cien por ciento tupungatina dejando todo su esfuerzo y dedicación como ilustre ciudadana de Tupungato.

En dialogo con Nelly recuerda –entre risas- que ya son 50 años desde los que inició con su profesión y expresó, humildemente, que se sintió muy alagada por el reconocimiento y que su mayor tesoro es el aprecio de la gente que la ha acompañado durante todos estos años.

Lino Lucero

A los 17 años de edad empezó con las prácticas de boxeo en Tupungato y perduró en la actividad como hasta los 25 años. En el año 1967 se trasladó a la Ciudad de Mendoza, para entrenar en el Gimnasio Ángel Firpo, mientras realizaba sus estudios en la Escuela de Policía. En ese mismo año, durante el mes de octubre, fue trasladado para trabajar en la Seccional Policial de Tupungato y se reintegra nuevamente al boxeo, pero esta vez como entrenador. Su actividad se desarrolló en el Club Social y Deportivo de Tupungato, y también realizó participaciones en el Polideportivo Municipal Francisco Rizzo.

Lino es el único tupungatino que posee licencia de Entrenador de Boxeo expedida por la Federación Argentina de Boxeo, y es el entrenador con más trayectoria en la provincia. Durante sus 59 años de trabajo ha entrenado a un gran número de alumnos, tanto a hombres como a mujeres, desde los 10 años en adelante, sin límite de edad. Fue entrenador de Mario “Metralleta” Núñez, conocido campeón del título mendocino de la Liga de Boxeo Profesional. Y entrenó a boxeadores y boxeadoras que han tenido innumerables títulos en la categoría Amateur.

Según sus propias palabras, el boxeo ha sido una herramienta de contención social para niños, niñas, adolescentes en situación de calle y él eligió ser más que un entrenador, un amigo o un padre para quienes lo necesitaran.

Si bien hoy no ejerce como entrenador, continúa formando parte de este mundo -que le ha dado más de lo que él pudo llegar a imaginar- como asesor y supervisor de prácticas de boxeo en Tupungato, ha pedido de profesores y alumnos que lo estiman y valoran su enriquecido camino.