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El consumo de vino tuvo en 2018 el peor año de su historia: el 2017 también había sido el peor

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El consumo per cápita cerró cerca de los 19 litros, mientras cinco años antes se bebían más de 25 litros por argentino.

La industria vitivinícola difícilmente se olvide del 2018: es que fue el peor año de la historia en consumo de vino en la Argentina. Los despachos de las bodegas sumaron apenas 8,38 millones de hectolitros en vinos fraccionados, 6% por debajo de 2017, año que hasta entonces había sido el mínimo histórico en ventas, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Así, se situó por debajo de los más de 10 millones de hectolitros anuales que, tradicionalmente, se solían vender.

El consumo per cápita cerró cerca de 19 litros, también en el mínimo. Cinco años antes, se bebían 25,6 litros por argentino. Y el récord había sido en 1970, con 92 litros por persona, según datos del Observatorio Vitivinícola.

Sin embargo, el dato de diciembre fue alentador, porque marcó un incipiente quiebre en la tendencia negativa.

Por tipo de envase, en el año las botellas retrocedieron 4,9%, y se quedaron con el 55,5% del total. Pero crecieron las presentaciones en botellas de 1 a 1,5 litro un 12,3%, que suelen ofrecer más vino por menor precio promedio que en la botella tradicional de 750 cm3; incluye tanto a productos de baja como de media y alta gama. En tanto, los tetra-brik retrocedieron 7%, a 3,39 millones de hl, y captaron 40,5% del total.

Sin embargo y pese a estos magros resultados, diciembre dio algo de aire a la industria, con un dato alentador: las ventas crecieron 1,6% interanual, a 672.222 hl., lo cual significaría un inminente cambio de tendencia. Según datos del INV, esa mejora responde al repunte en la venta de vino en tetra-brik, que ese mes creció 9,5% interanual, a 301.795 hl., mientras que las
botellas retrocedieron 2,3%, a 342.486 hl. También se destacó la mejora de 45,9% interanual de los “botellones”, también llamados “magnum”, de hasta 1,5 litros, aunque desde una base chica.

“En 2018, los vinos se ajustaron menos por inflación que otras bebidas sustitutas, como la cerveza; así mejoró su precio relativo, muy afectado en 2016 y 2017 por las bajas cosechas. El dato de diciembre pareciera marcar un quiebre en la tendencia negativa e indicaría que los precios se están acomodando al bolsillo del consumidor frente las demás bebidas”, explicó
Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola (UVA).

De hecho, las cosechas escasas de esos dos años hicieron disparar el costo de la uva (de 100% a 150% anual) y, como consecuencia, los tetra-brik subieron sus precios 98% al público en 2016 y otro 80% en 2017, en tanto que los finos lo hicieron 65% y 55%, en ese orden. Eso llevó a una fuerte caída del consumo, de 8,3% y 5,4% en 2016 y 2017.

Fuente: El Cronista