El ministro aclaró que la iniciativa anunciada ayer no propone un cambio de agente de pago «compulsivo» y agregó que «algunos están cacareando para volver al modelo» de endeudamiento.
Aclaró que «no es un cambio de jurisdicción compulsivo», sino que responde a las dificultades planteadas para el pago de los servicios de la deuda.
Asimismo, subrayó que el endeudamiento del país «fue contraído en los ’90» y no era para obra de infraestructura, sino para refinanciar deuda.
El ministro afirmó que «Argentina no va al default», y remarcó que el país «va a seguir pagando y va a defender los canjes de 2005 y 2010».
Aseguró que «los buitres no negocian por las condiciones que les generó (el juez federal de Nueva York Thomas) Griesa», y aclaró que la ley para cambiar la sede de pago de la deuda «no es compulsiva», y que los propios bonistas «pueden presentar una solución».
Kicillof sostuvo que el fallo de Griesa «es de imposible cumplimiento», y aseveró que si Argentina pagara como reclaman los fondos buitre, «esa deuda que ahora es manejable, se va a convertir en una de entre 150 mil y 500 mil millones de dólares».
«Si pagamos esos 1.600 millones (que exige el fallo de Griesa), detrás de eso vienen 15 mil millones, y detrás todos los bonistas» que querrán cobrar lo mismo que se les pague a los fondos buitre, subrayó el titular del Palacio de Hacienda.
Remarcó que los argentinos se cansaron de la deuda que agobiaba al país, aunque advirtió que «algunos están cacareando para volver a ese modelo» de endeudamiento y afirman que «hay que pagar sin chistar».
También afirmó que la reestructuración de la deuda que implementó el presidente Néstor Kirchner «tuvo la lógica de la sustentabilidad».
Fuente: Télam