Para los asalariados de menores ingresos la inflación media fue de 45,6 por ciento.
Con una variación de precios de 1,5 por ciento en diciembre pasado, la inflación 2016 cerró en 40,9 por ciento, el nivel más alto desde 1991. El alza de precios más importante de los últimos 25 años fue informado por el Centro de Innovación de los Trabajadores (Citra), un organismo creado por la Universidad Metropolitana del Trabajo (UMET). El shock inflacionario fue todavía más fuerte para los sectores sociales ubicados en la base de la pirámide de ingresos. A esos trabajadores la inflación media fue de 45,6 por ciento en el año, mientras que los que se encuentran en las categorías de salarios más altos fue de 38,1 por ciento. Esas cifras revela el carácter regresivo del proceso inflacionario provocado por medidas implementadas por el gobierno de Mauricio Macri, como los tarifazos en luz, gas, agua y transporte.
Con el indicador construido por investigadores del Conicet-UMET se obtiene que la pérdida de poder de compra de todo el universo de trabajadores disminuyó 6,1 por ciento promedio respecto de 2015. El informe fue presentada ayer por el rector de la UMET, Nicolás Trotta, quien expresó que estas mediciones confirman que la inflación fue la más alta desde la convertibilidad. Para este año proyectan una inflación promedio del 25,2 por ciento.
Durante el año pasado el gobierno aplicó un conjunto de medidas que desprotegió a los trabajadores, favoreció la especulación y transfirió riqueza a los sectores concentrados. Este nuevo reparto del ingreso que impulsa Cambiemos dejó a trabajadores y jubilados en una situación de fragilidad. El castigo fue todavía mayor para los asalariados informales o sin una representación gremial fuerte, debido a que no tuvieron oportunidad de discutir sus salarios mientras todo el año padecieron la amenaza de despidos. “Estas cifras están íntimamente ligadas a la caída estimada del empleo formal privado que es del 0,7 por ciento interanual, la más alta desde 2009 y la segunda peor desde 2002”, señala la UMET.
El informe de Citra indica que la inflación mensual de los asalariados registrados fue de 1,5 por ciento en diciembre respecto de noviembre, mes en que también había sido de 1,5 por ciento. Respecto a diciembre de 2015 la suba fue de 36,6 por ciento. “Si tomamos la inflación promedio de todo el año en lugar de la punta a punta (diciembre contra diciembre), tenemos un valor del 40,9 por ciento, la más en los últimos 25 años”, detalla el relevamiento.
El índice de Citra analiza las características del gasto en los hogares de los trabajadores y cruza los datos con el aumento de los precios de los bienes consumidos por las familias. También analiza los distintos patrones de consumo para los distintos niveles de ingreso. El incremento de precios en diciembre fue liderado por indumentaria y calzado, con un 10 por ciento respecto de noviembre; seguido por Esparcimiento, con un 1,5; y Vivienda, con un 1,2. Debido a que los aumentos se focalizaron en estos rubros, por primera vez en el año, la inflación fue mayor en los hogares asalariados de mayores ingresos. La moderación de precios en alimentos y servicios públicos fue más estable en la última parte del año. No obstante, si se analiza todo 2016 contra el año previo, la inflación para los asalariados de menores ingresos fue 7,5 puntos mayor que la de los trabajadores con mayores salarios. “Si bien el segundo semestre no estuvo marcado por una recuperación de la actividad económica, que, por el contrario, tocó piso en el tercer trimestre del año, resulta evidente que la inflación se moderó, y mucho, a partir de julio, debido a que no hubo más aumentos de tarifas y a que los efectos de la devaluación y baja de retenciones de diciembre de 2015 se hicieron sentir en los primeros meses del año”, se explica en el informe.
La inflación promedio 2016 fue de 40,9 por ciento, dividida en dos grandes mitades. El primer semestre promedió alzas mensuales de 3,9 por ciento, lo que en términos anualizados fue un 58,3 por ciento. En el segundo semestre fue del 1,4 por ciento, equivalente a 18,2 anualizado. La moderación respondió a que dólar estuvo estable en la segunda parte del año y no hubo subas ni en servicios públicos ni en naftas.
Las perspectivas para este año, según el análisis de los investigadores de la UMET, es que habrá menos inflación con respecto a este año pero lejos de la proyecciones oficiales (de 17 por ciento anual). “El escenario de inflación probable es del 25 por ciento promedio”, señala el informe. Esta proyección se basa en un supuesto de alza del tipo de cambio nominal de 15 por ciento, precios internacionales de las materias primas estables, apertura comercial para disciplinar a industrias locales, paritarias en torno a un 28 por ciento y servicios públicos con subas de hasta 50 por ciento.
Fuente: Página 12