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Efemérides: desde 1813, cada 11 de mayo se celebra el Día del Himno Nacional Argentino

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El día del Himno Nacional Argentino se conmemora todos los 11 de mayo, porque en 1813 la Asamblea del año XIII sancionó como «Himno» a la marcha patriótica cuya letra compuso Vicente López y Planes y la música fue creada por Blas Parera.
La canción patria fue interpretada inicialmente en la casa de Mariquita Sánchez de Thompson y fue ella quien entonó los primeros acordes.
Alejandro Vicente López y Planes
Escritor, abogado y político argentino, autor de la letra del Himno Nacional Argentino, adoptado el 11 de mayo de 1813,3 y Presidente Provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, entre el 7 de julio y el 18 de agosto de 1827.

Blas Parera (1777-1840) 

El músico Blas Parera nació en España y, a partir de 1797, se radicó en la Ciudad de Buenos Aires. Intervino en la defensa y reconquista de esta ciudad contra los invasores ingleses. Compuso la música del Himno Nacional Argentino. Regresó a España en 1817.

Mariquita Sánchez de Thompson (1786-1868) 

Patriota Argentina. Esposa de Martín Jacobo Thompson y luego de Juan Washington de Mendeville. En su hogar se cantó por primera vez el Himno Nacional Argentino. Ella fue quien interpretó las primeras estrofas del Himno.

El 30 de marzo de 1900 se sancionó un decreto para que en las festividades oficiales o públicas, así como en los colegios o escuelas del Estado, sólo se cante la primera y la última cuarteta y el coro de la canción sancionada por la Asamblea General del 11 de mayo de 1813.

En la Gazeta de Buenos Ayres del 15 de noviembre de 1810 se publicó un poema que “convoca a la lid, a la lid tremenda que va a destruir a cuantos tiranos ósenla oprimir”. El texto evoca el ímpetu destructivo de La Marsellesa (o Marcha del ejército de Rhin), conocida en Buenos Aires gracias a Gregorio Funes (conocido como el Deán Funes).

El 28 de mayo de 1813, como parte de las fiestas mayas, se escuchó por primera vez en el Teatro Coliseo la marcha entonada por una “comparsa de niños ricamente ataviados en traje indiano”. El público aplaudió de pie esta exaltación del espíritu guerrero que embargaba a una nación. Esos tiernos párvulos proponían “con gloria morir”, sin interposición de Dios, la Iglesia o Fernando VII, una forma elíptica de enaltecer al nuevo gobierno criollo, merecedor de tal sacrificio.

Nuestro Oíd mortales propugnaba la lucha contra el Imperio español, aunque en momentos de su composición, la bandera granate y oro aún flameaba sobre el fuerte de Buenos Aires, y así lo haría por los siguientes dos años.

Como todos sabemos, los versos de esta marcha habían brotado de la inspiración del abogado Vicente López y Planes, y la música fue creada por el catalán Blas Parera. Este último cobró honorarios por la composición y ejecución de la marcha, a diferencia de López y Planes, que cedió a la patria estas estrofas sin aceptar remuneración alguna.

En 1884, Lucio López, único nieto del autor del himno, ofreció su versión del nacimiento de estas estrofas, según él, brotadas de la inspiración que asaltó a don Vicente durante la representación de Antonio y Cleopatra de Ducis. Esa noche, don Vicente permaneció insomne, y al día siguiente, buscó la aprobación de sus amigos de Luca, Paso y García, los primeros en derramar lágrimas de fervor patriótico por estos versos conmovedores que serían el símbolo de unión de una nación.

La marcha de Vicente López subsistió a pesar de los intentos de reconciliación con España que hicieron algunos Gobiernos patrios después de 1813.

Si bien hoy evocamos a Vicente López y Planes y a Blas Parera, la historia de nuestro Himno no estaría completa sin hablar de Juan Pedro Esnaola, porque las partituras que dejó Blas Parera se perdieron por mucho tiempo. Los acordes de nuestro himno pudieron ser reconstruidos gracias a la memoria de Esnaola, quien frecuentaba la tertulia de Mariquita Sánchez, la misma donde se escucharon los acordes del Himno en una de sus primeras ejecuciones.

En 1847, Esnaola bosquejó un primer arreglo de la marcha patriótica, tal cual la recordaba desde su infancia y en 1860 realizó otro arreglo por encargo del director de Bandas Militares. Esta versión es la que en 1928 se convirtió en el Himno Nacional Argentino, confirmado por decreto en 1944.

 

 

Fuente: Clarín