Este domingo las mendocinas y los mendocinos estaremos frente a nuestra conciencia ciudadana, teniendo que tomar el futuro en nuestras manos, y decidir quiénes nos van a gobernar los próximos años. Cierto es que nadie sabe qué es lo que va a pasar, y lejos de lo que indicaban las encuestas en meses pasados, hoy dos proyectos políticos están en claras condiciones de ganar las elecciones: el Frente Para la Victoria con Adolfo Bermejo y Diego Martínez Palau, y el Frente Cambia Mendoza con Alfredo Cornejo y Laura Montero; representando cada uno, y claramente, el antagonismo de dos proyectos de provincia que están en pugna. Y digo esto, porque más allá de que el Frente de Izquierda se muestra como una alternativa a los dos grandes frentes electorales, lejos está de ser una posibilidad de gobierno.
Las elecciones ponen en juego qué es lo que queremos los mendocinos y las mendocinas para los próximos años en términos de política de Estado, es decir que nos sometemos a las urnas en función de darnos un baño de futuro, sin embargo, y en frase de un cantautor argentino, “el futuro llegó hace rato”. Digo esto, pensando que es necesario analizar claramente qué es lo que se representa en estos dos proyectos de provincia en pugna, sobre todo comprender su raíz histórica y su devenir a lo largo de estos años.
Desde la política es bueno hacerse cargo del futuro, eso pone a los ciudadanos en la necesidad de desafiar la confianza y votar en tal o cual sentido. También es bueno que la política se haga cargo del pasado, pero a diferencia de lo anterior, somos los ciudadanos los que indefectiblemente tenemos que asumir la responsabilidad de indagar e incluso de preguntarnos quién es quién en esta historia de las elecciones. Desde la perspectiva del análisis de la historia, es cierto que hoy en Mendoza hay un proyecto político que propone volver al pasado y uno que pretende sostener el presente.
Sin ánimo de desestimar una propuesta política, lo cierto es que el Frente Cambia Mendoza, se representa claramente como una alternativa de gobierno que se conecta con el pasado. Quien hoy se propone como gobernador del FC, Alfredo Cornejo, fue Ministro de Seguridad en dos oportunidades durante las gestiones radicales, como también su candidata a vice-gobernadora, Laura Montero, fue Ministra de Hacienda en gestiones radicales. Asimismo, su propuesta de gobierno, fundada en el ajuste del gasto público (tradúzcase reducción de salarios, aumento de los impuestos, quita de subsidios, paralización de la obra publica), sugiere la vuelta a un pasado en donde el Estado se achica frente al mercado (o los intereses de grandes corporaciones privadas). Desde esta propuesta de gobierno, se sostiene que se debe ordenar las cuentas públicas, por lo que se vuelve necesario gastar menos. Su propuesta de “Estado ordenado”, en realidad gira en un sentido de ajuste, y es, para quienes tenemos la obligación de recordar, la vuelta a un pasado donde la prioridad no estaba puesta en la gente, sino en otro lugar. Otro punto importante es que, el sistema de alianzas tejido alrededor del FC, donde claramente el proyecto nacional está encarnado en la figura de Mauricio Macri, representa una alternativa de ajuste, de priorización del mercado por sobre los intereses del pueblo.
Por otro lado, se presenta la fórmula del Frente Para la Victoria, anclada claramente a un proyecto de desarrollo conectada con el devenir nacional, que busca imponerse como la continuidad de lo bien hecho hasta el momento por las gestiones peronistas; a su vez la representación de Adolfo Bermejo, como ex intendente de un departamento elegido dos veces como el de mayor desarrollo en la Argentina, sustenta su propuesta en la modernización del Estado, no a partir de la reducción del gasto, sino de la expansión productiva. Si bien, es la continuidad del presente peronista en la gobernación, también sugiere, (desde las formas de gestionar), un propuesta nueva. Con los desajustes propios de una provincia que necesita dar un salto de modernización en sus aparatos productivos, la propuesta de Bermejo busca saltar las dificultades de las gestiones anteriores, con una propuesta que a priori se muestra ambiciosa a partir de las dificultades que tiene hoy la economía mendocina.
Los proyectos están tirados sobre la mesa, adornados con colores y spot de campaña relucientes, unos sugieren presente y una mirada nacional de desarrollo, otros son el pasado que quiere volver y sustentan su propuesta en una mirada de ajuste maquillada en el lema “ordenamiento del Estado”. Lo cierto es que la última palabra la tienen los electores, es decir usted, quien tendrá que decidir si volver a un pasado de ajuste, porque quizás lo considere necesario, u optar por un proyecto de expansión y desarrollo. Debe saber que cuando vote, se estará haciendo cargo del futuro, y ahí no vale rezongar.
Prof. Rodrigo Hinojosa