EDITORIAL: Minería y campaña política combinación peligrosa

El intendente de San Carlos volvió a tomar el No a la Minería contaminante como un estandarte propio. El peligro radica en que, la mayoría de los valletanos no quiere el desarrollo minero en la región, pero tampoco quieren ser funcionales a la campaña política difonsista.
Durante la semana, la aparición de un expediente de la minera Vale en la municipalidad de San Carlos desató, por lo menos, el alerta en vecinos de la región. Sin embargo, para muchos, no fue casual que el caso ocurriera justamente unos días después de que el intendente Difonso lanzara su precandidatura para gobernador al frente del Massismo. Justamente, el reavivamiento del tema minero fue el eje sobre el que Difonso apareció en innumerables medios provinciales, iniciando su campaña política.
La realidad es que, en general, la gente del Valle de Uco considera que la minería metalífera a cielo abierto no es compatible con el desarrollo de la región, no solo por la utilización de químicos contaminantes sino fundamentalmente por la utilización del recurso hídrico, comprometido en otras actividades, y en el cuidado de la vida misma. Esta postura ha sido demostrada en los últimos años, sobre todo, durante los gobiernos de Cobos (gobernador que buscó inversiones mineras en Canadá) y de Jaque (quien venía de un departamento minero por excelencia- Malargüe). En esa línea, los tres departamentos del Valle de Uco iniciaron un frente anti- minero, en el cual San Carlos hizo punta, y que tuvo hitos históricos como la ampliación del área protegida Laguna del Diamante y la aprobación de la ley 7722, y la ampliación del área protegida Manzano Histórico- Piuquenes (esto en Tunuyán, y durante el gobierno de Francisco Pérez).
También fueron históricas las marchas y manifestaciones que convocaron a miles de personas. Vecinos de todas las edades, ocupaciones, religiones, niveles socioeconómicos se congregaron en varias oportunidades, oponiéndose activamente a cualquier emprendimiento minero que pusiera en riesgo el medioambiente de la región. Parados como “Vecinos autoconvocados” (para no sumarse a ningún interés político partidario), los valletanos detuvieron varios avances pro mineros, y aun cuando dentro del frente existen posturas más o menos extremas (algunos opinan que la minería podría desarrollarse con otros métodos y con leyes más estrictas, mientras otros piensan que no es viable de ninguna manera), el interés general es que, en las condiciones actuales, no se desarrolle ningún emprendimiento metalífero en la zona.
En los últimos días, apareció en el municipio de San Carlos, un expediente de la minera Vale. Según explicó el ministro Zandomeni, se trata de un proceso administrativo de larga data que, justamente apareció en el departamento, cuando Difonso lanza su precandidatura a gobernador. En simultáneo, también aparecieron pintadas “pro mineras”, supuestamente firmadas por el PJ, pero que fueron rápidamente repudiadas por concejales justicialistas, quienes adjudicaron las pintadas a “sectores cobardes que no dan la cara” y que buscan ensuciar la campaña.
¿Cuál es el peligro de combinar campaña política y minería? Para los candidatos no hay peligro; es más, todos saben que, en el Valle de Uco, apropiarse del estandarte del “No a la minería” es redituable en votos. Sin embargo, ¿qué ha ocurrido con las convocatorias de Vecinos Autoconvocados en los últimos tiempos? ¿Cuántos acudieron a la última reunión por el mencionado expediente de la minera Vale en San Carlos? Solo unas 20 personas participaron, una cifra enormemente lejana a los 5 o 6 mil que se juntaban en las convocatorias de 2005 y 2007 (enormes asambleas donde los vecinos cantaban el himno, sintiéndose más patriotas que nunca por defender los recursos naturales, y más profundamente humanos por compartir la defensa de la vida).
¿Qué pasó desde entonces? ¿La gente se volvió minera? ¿Se aburguesó en el sillón frente a la tele? ¿Consiguió trabajo en Vale, Barrick, u otra multinacional y ya no defiende el agua y la vida? Todo lo contrario: hoy más gente que nunca quiere defender, sobre todo, el agua que escasea. Y en ese marco, la gran mayoría (o todos) los referentes políticos regionales han asumido una postura crítica en relación a cualquier emprendimiento que pueda poner en riesgo el modelo productivo regional. No se puede asegurar si todos realmente están comprometidos con el tema, pero la realidad es que, ninguno va a dejarle el estandarte “antiminero” al intendente (algunos porque sinceramente buscan un modelo de desarrollo sustentable y sostenible para la región; otros, simplemente, porque como dijimos, ser “anti” garpa bien en votos).
¿Pero cuál es el peligro real? Sin duda que la combinación de minería y campaña política. Básicamente, porque las explotaciones mineras metalíferas a cielo abierto, (con las condiciones ambientales, legales e impositivas vigentes), están “vetadas” por la comunidad del Valle de Uco, pero a la hora de manifestarse, muchos han decidido dar un paso al costado, fundamentalmente para “no hacerle campaña a Difonso”. Lamentablemente, gran parte de la comunidad siente que, el intendente sancarlino se apropió “de la lucha del pueblo”, en connivencia con algunos referentes de “vecinos autoconvocados”. En ese marco, la confusión puede ser peligrosa: primero, porque el espacio de oposición vecinal perdió legitimidad, y después, porque siempre queda la duda, de si lo que dicen que pasa es real, o solo un montaje de campaña para que algunos ganen minutos de cámara y micrófono.
Entonces, ¿qué nos queda por hacer? ¿Dejar que la cosa siga para conveniencia de unos u otros sectores? Definitivamente no. Todos estamos convencidos que hay que defender la vida sana y los recursos naturales, y en esa línea habrá que abrir caminos que nos encuentren a todos, y donde los políticos sean funcionales a los intereses de la comunidad y no a la inversa. Es un desafío para todos los vecinos. Pero también es un llamado a todo el arco político regional, a conformar por lo menos una mesa de trabajo, donde no solo se repitan frases demagógicas, sino donde se discuta seriamente sobre las problemáticas y el futuro del Valle de Uco. El estandarte de “No a la minería contaminante” es un estandarte de todo un pueblo. Ni claudicar, ni permitir que algunos se lo apropien: si lo logramos, será una nueva batalla ganada en la defensa de la vida y los recursos de todos.