En época de fiesta: Vendimias y Tonada. Un buen momento también para repensar como sociedad y región qué nos conviene dentro de las agendas del gobierno y los medios. ¿Qué beneficios tendría la reforma de la Constitución para los departamentos del Valle de Uco? ¿Estamos todos en contra de las explotaciones mineras? Son algunas preguntas que plantea la editorial de la edición número 20 de El Cuco Semanario.
¿Qué tienen que ver la Tonada, las Vendimias, la minería y la reforma de la Constitución?
Escribir una editorial es una gran responsabilidad. De alguna forma, uno no solamente da una premisa clara de la postura o el lugar desde el que el medio encara la tarea de comunicar, de reconstruir la realidad y ver los hechos sino que, fundamentalmente, busca orientar (clarificando) el o los rumbos de la sociedad en determinado momento. Pero la realidad nunca es simple, como la vida misma. Dentro del mundo, de nuestro mundo, conviven diferentes realidades, intereses, valores, fines. En este contexto, decidir cada quince días cuál o cuáles serán los ejes de esta publicación merece no solo reflexión sino también investigación, estudio y por qué no, sentido común (que por ahí es el menos común de los sentidos).
Pensamos que la editorial debía apuntar a las fiestas tradicionales: Vendimia y Tonada son festividades de encuentro, de hombres y mujeres, de jóvenes y viejos, de ricos y pobres, de ateos y religiosos. Con más o menos brillo, según las ganas y el presupuesto de los que gobiernan, estas celebraciones son símbolos de la llamada cultura local y regional. Y muchos las esperan, para “cantar tonada”, ver a sus reinas, disfrutarlas o criticarlas. Para muchos, significan tanto, que uno ni siquiera se lo imagina: alguien me contó recientemente, que una anciana de Tunuyán pidió que al morir, sus cenizas fueran esparcidas en el anfiteatro “donde vive la tonada”. Tanto amor por este suelo, su gente y su cultura realmente emocionan y, la pucha si vale la pena dedicarle una editorial.
Pero los vapores del vino, el dulce sopor del festejo, la emoción de los encuentros, no deberían hacer que perdamos de vista otras cuestiones, es más, tal vez el descanso o el ritmo menos acelerado de estos meses podría ser un espacio necesario para pensar, discutir, debatir y reflexionar sobre temas que sin duda atraviesan nuestra vida y condicionan o condicionarán también nuestra cultura, con sus fiestas incluidas.
En los últimos días, desde el gobierno provincial se puso nuevamente en agenda el tema de la Reforma de la Constitución. Al parecer Paco Pérez considera prioritario conseguir el consenso para modificar la Carta Magna. Lo significativo es que, desde la mayoría de los medios de comunicación y desde sectores políticos opositores pareciera que lo único relevante en semejante paso institucional es si va la reelección o no del gobernador. Uno no acierta a pensar si es que le tienen miedo a Paco o si se trata de chicanas y roscas para conseguir más o menos acuerdos beneficiosos para la comunidad o, para ellos mismos.
En tanto, tanto ruido, muy pocas veces se escucha que la reforma podría conllevar algunas modificaciones bastante significativas para las minorías, los sectores poco protegidos por la legislación actual, o normativas necesarias de acuerdo a los avances y modificaciones que ha tenido la sociedad en las últimas décadas. Sí, se habla de la reelección del gobernador, pero sin embargo casi nadie dice que la nueva legislación pondría un límite a las reelecciones indefinidas que hoy no lo tienen. Hoy, cualquier intendente, legislador, concejal, puede mantenerse en su puesto por uno, dos, tres, indefinidos períodos, tantos como su capacidad, suerte o poder logren mantenerlo. En el Valle de Uco, dos intendentes no están, precisamente, estrenando sillón, y más de un concejal va por su ¡tercer período!, si, doce años y contando, porque la actual legislación lo permite. Pero si algo también importa para los departamentos más pequeños con respecto a la Reforma es que aseguraría que cada comuna, por pequeña que sea tenga su representante en el Senado y, para una comunidad como el Valle de Uco, preocupada por el cuidado medioambiental, también se incorporaría legislación específica que obliga a la preservación del patrimonio natural, cultural e histórico. Sin duda, que aún entre tonada y tonada, o en las charlas de café estaría bueno iniciar el debate, proponiéndonos que seamos nosotros quienes decidamos y no, un sector político, una editorial de un periódico, un grupo empresario o una buena propaganda.
Otro de los debates que habrá que darse es el tema minería. Sí, ya sabemos que decidimos no tener minería a cielo abierto con las actuales condiciones de explotación, control y escasa participación de ganancias. Desde algunos sectores nos tacharon y nos tachan de fundamentalistas, fanáticos, ignorantes, etc. etc. Sin duda que algo tendrá que ver aquellos mensajes facebookeanos o graffitis violentos o explícitamente contrarios a un sector político. Sin embargo, más allá de que hoy nadie se animaría a decir que es pro minero en el Valle porque hay una suerte de cacería de brujas, lo real es que muchos (cientos) de personas de la región se presentaron hace unos días buscando trabajo en la minera de Malargüe. La cosa es que, habrá que plantearse una discusión seria, porque el “no es no” fue el primer paso, ahora tendremos que madurar, debatir y buscar un eje de desarrollo que genere trabajo y plata, porque si se nos vienen las vacas flacas, muchos de los que hoy se estaquean frente a las topadoras mineras, seguro reculan con algunos billetes verdes.
Pero bueno, habrá tiempo para todo, lo que importa es saber que la cultura y las tradiciones tienen que ver no solo con las fiestas y los cantos, sino también con el trabajo, la gente y su forma de vivir. Vendimia y Tonada nos encuentran y nos unen para disfrutar de lo que somos y pensar en lo que haremos. Regresar a las raíces es una buena manera de construir el futuro.
Regreso a cantar tonadas
de sol a sol por la sangre
como cantaba la vida
en la raíz de mi padre
Cogollo de vida nueva
la vida es una tonada
Un comentario
No es ser fundamentalista respetar el derecho a la vida, que por cierto los políticos convierten poco menos que en papel higiénico. La reforma constitucional sólo les interesa para saber cuánto tiempo más podrán entronizarse en cargos para los que en general están discapacitados. Si quieren trabajar, el campo necesita mucha mano de obra que siempre termina por importarse porque los planes sociales les «impiden» registrarse como empleados. La oferta educativa gratuita en el Valle afortunadamente es abundante y pocas veces soñada por los que hoy tenemos más de 40, que busquen la manera de formarse para lograr trabajos menos sacrificados. Si hemos sobrevivido a crisis terribles sin minería podemos hacerlo una vez más. Los que defienden las mineras «que matan» son los mismos que se rasgan las vestiduras ante la ley que autoriza el aborto. A sacarse las caretas. Si se acabó la AVIVADA que sea para todos y en todos los sectores.
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