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Economía: después de la suba de los combustibles, podría frenarse en julio la desaceleración de la inflación

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Tras la suba de 2,5% en la nafta y 1,75% en el gasoil aplicada ayer por YPF, las otras petroleras también anunciaron aumentos similares en sus combustibles. Pese a que el Gobierno decidió convalidar sólo un tercio del aumento pautado en el Impuesto a los Combustibles, el alza del precio del petróleo a escala global durante el mes pasado llevó a las empresas a trasladar parte de incremento al mercado local.

Esta novedad complicó las perspectivas de desaceleración inflacionaria y llevó a algunas consultoras a ajustar las proyecciones de inflación de julio. En promedio, los cálculos privados prevén que quede en 2,7%, el mismo nivel que en junio, lo que cortaría la racha de tres meses en leve baja.

Raízen, la firma brasileña que comercializa la marca Shell en Argentina, aumentó esta medianoche sus combustibles 2,1% en promedio: 2,5% la nafta y 1,7% el gasoil. Así, el litro de nafta premium V-Power en la Ciudad de Buenos Aires trepó a $50,93, mientras que la Súper se elevó a $43,91. En tanto que el V-Power diésel escaló a $48,92 y el Fórmula diésel, a $42,96.

Aún sin confirmación al cierre de esta edición, Axion, de Panamerican Energy, y Puma, de trasfigura, tercera y cuarta marca del mercado local respectivamente, barajaban subas similares a las de la petrolera estatal, que concentra el 55% de las ventas en el país y tiene la capacidad de marcar la cancha en cuanto a precios.

La suba se corresponde con el aumento del 3,9% en el Impuesto a los Combustibles, apenas la tercera parte del número que correspondía por el IPC del primer trimestre. Es que el Gobierno volvió a posponer el aumento completo para evitar un impacto mayor en los precios finales en plena campaña electoral. Pero los aumentos del 5,68% en el petróleo Brent de Londres, que es la referencia en Argentina, y del 3,5% en los biocombustibles también impactaron. El crudo se disparó a raíz de las amenazas de ataque militar de Estados Unidos a Irán y podría seguir en alza si se concreta un recorte en la producción de los países miembros de la OPEP.

Este escenario llevaría a frenar la leve desaceleración de la inflación desde el pico de 4,7% de marzo. En promedio, las mediciones privadas dieron 2,7% en junio, por debajo del 3,1% de mayo. Eco Go, la consultora que dirige Marina Dal Poggetto, midió 2,6%; LCG y Ecolatina estimaron 2,7%; y el Índice de Precios de Supermercados del CESO dio 3,2%. Para este mes, el centro de estudios que dirige Andrés Asiain espera que dé cerca de 3%.

Guido Lorenzo, director de LCG, dijo que la suba en los combustibles los llevó a elevar la proyección de julio del 2,2% al 2,6% y la anual de 2019 del 40% al 41,5%. Además del impacto directo, el economista explicó que «los combustibles siempre tienen efectos de segunda ronda porque es uno de los elementos centrales de la cadena de valor de la mayoría de los bienes y servicios que se distribuyen». Aunque aclaró que la caída del consumo y la recesión podría hacer que los impactos indirectos no sean tan grandes porque «así como están las cosas, más aumentos implican menos ventas».

En Eco Go aún no calcularon el impacto del alza en las naftas, pero plantearon que «va a impactar ya que no estaba previsto». Mientras tanto, esperan entre 2% y 2,5% en julio y 43% en todo 2019.

Fuente: BAE Negocios