Mientras que la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) -que reúne a productores, industriales y gobiernos- expuso públicamente su rechazo a las negociaciones por el impacto que generarían en el mercado local, desde Bodegas de Argentina salieron a respaldar las negociaciones. ¿Qué implicaría este acuerdo para el sector? Pros y contras.
Las avanzadas negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur para cerrar cuanto antes el tratado de libre comercio desnudó un duro enfrentamiento en la industria vitivinícola en torno a este acuerdo. Los bodegueros que buscan proteger el mercado interno frente a los que creen generaría una «invasión » de productos europeos en el país. También se suman a la discusión los que sostienen que debe priorizarse el mercado de exportación y que no hay nada más oportuno que cerrar un acuerdo de libre comercio con Europa para potenciar las ventas a ese bloque.
Los ruidos dentro de la cadena comenzaron pocos meses atrás, cuando desde la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), que reúne a toda la cadena de valor del sector, comenzaron a transmitirle al Gobierno las dudas sobre las futuras implicancias que un acuerdo como el que se estaba planteando -establece la reducción inmediata de los aranceles a 0%- generaría en la industria.
Bodegas de Argentina, la cámara cuyos socios explican el 90% de la exportación y el 75% del mercado interno, integra el directorio de Coviar pero de entrada se manifestó en contra de los planteos realizados por la corporación respecto del acuerdo Mercosur-UE. Y los enfrentamientos tuvieron un nuevo episodio ayer, cuando Coviar sacó un comunicado de prensa en el que manifestó que la entidad «encuentra preocupante que en el acuerdo no se contemple por el momento que las asimetrías de ambos mercados requieren una convergencia arancelaria progresiva».
«Estamos planteando una negociación en un tiempo razonable, por eso es clave ampliar el diálogo a toda nuestra cadena de valor, que es representativa de más de 18.000 productores pequeños y medianos en todo el país. Como parámetro, los subsidios sumados de tres países de productores de la Unión Europea son equivalentes a la facturación total del mercado interno argentino», enfatizó el director ejecutivo de Coviar, Carlos Fiochetta.
La preocupación de la corporación -que reúne a las bodegas, a los productores y a los gobiernos de las provincias productoras de vino- radica en que en los últimos meses hubo claros avances en las negociaciones y hoy comenzó en Bruselas una nueva ronda de discusiones técnicas entre ambos bloques para intentar avanzar en los puntos en los que todavía no hay consenso. Según el comunicado de Coviar, «el acuerdo de libre comercio será un gran paso para la industria argentina, sólo si contemplan las asimetrías de ambos mercados».
«Estas asimetrías incluyen la diferencia drástica de tasas para acceso al capital, estabilidad macroeconómica, excedentes vínicos de los países europeos y el elevado acceso a subsidios de la industria vitivinicultura europea», remarcó la entidad, que agrega que hoy, con alrededor de 800 millones de litros de consumo por año, la Argentina es uno de los diez principales consumidores de vino del mundo y es el mayor consumidor de vinos de Latinoamérica. «Abastecido hoy casi en su totalidad por vinos nacionales, el acceso a este mercado en mejores condiciones arancelarias también podría ser apetecible para terceros países», señaló Coviar.
Pero esta escalada de la corporación generó una fuerte molestia en Bodegas de Argentina, hoy presidida por Patricia Ortiz, de Fincas Patagónicas. La cámara apoya abiertamente el acuerdo Mercosur-Unión Europea y ya le había hecho saber su posición al presidente de Coviar, Angel Leotta, en una carta fechada el 29 de mayo.
En esa misiva, el entonces presidente de la cámara, Walter Bressia –Ortiz asumió la semana pasada– recordó que la entidad siempre consideró que el crecimiento de la vitivinicultura está en el desarrollo del mercado externo y que para poder crecer en las exportaciones es necesario «acceder a los diferentes mercados con el menor arancel de importación», a fin de que los productos argentinos sean competitivos. «Lógicamente esto implica la reciprocidad de condiciones hacia los mercados que deseamos llegar», aseguró Bressia.
También aseguró que no creen desde la cámara que «sea una gran amenaza para el sector el ingreso de vinos desde el exterior», ya que confían en la relación precio/calidad de los productos nacionales, que «irá mejorando en la medida que se vayan normalizando las principales variables macroeconómicas del país».
Consultado al respecto, el dueño de Bodegas Zuccardi y presidente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), José Alberto Zuccardi, apoyó la posición de Coviar -de hecho, es director en la corporación- y enfatizó que «el acuerdo vitivinícola con Europa es un problema muy grave por los subsidios que el bloque da a su producción, que ascienden a 300 millones de euros anuales, que no sólo generará una competencia desleal en Brasil, sino que invadirá el mercado local con vinos baratos».
Según un informe del Observatorio Vitivinícola Argentino realizado recientemente, una rebaja total de aranceles inmediata significaría que, a partir de la entrada en vigencia del acuerdo, el arancel de ingreso de los vinos fraccionados europeos se reduciría de 20% a 0% (en Brasil la reducción sería todavía mayor, de 27% a 0%), mientras que para los vinos fraccionados del Mercosur la baja sería de 4% a 0%.
Por otra parte, Zuccardi aseguró que «una cosa es negociar con Europa con el Reino Unido adentro y otra cosa, con ese país fuera», ya que es uno de los principales compradores. «Hoy, el bloque tiene tres mayores exportadores de vino (Francia, Italia y España) pero no tiene un gran mercado. La negociación que estamos haciendo no nos va a beneficiar en nada», aseguró el bodeguero, al agregar que hoy España está vendiendo botellas de vino varietales desde 50 centavos de euros.
Pero los estudios realizados por Bodegas de Argentina estiman que los países europeos representan un mercado mucho mayor que el brasileño, con o sin Brexit. Entre ellos, Países Bajos, Bélgica, Dinamarca, Suecia y Alemania. «Además, sabemos que el principal obstáculo a las exportación de vino argentino a Brasil es la carga tributaria sobre el vino, no la potencial importación de vino europeo», precisó el director ejecutivo de la cámara, Juan Carlos Pina, quien agregó: «Este acuerdo es fundamental, ya que el futuro del vino argentino es la exportación. Todos nuestros competidores están negociando ingresar a Europa sin arancel. No nos podemos quedar atrás. Aún hoy exportamos solo el 20% de la producción».
Las avanzadas negociaciones con Europa para firmar el acuerdo en el menor tiempo posible también fueron motivo de tensión entre Coviar y el Gobierno, ya que, según aseguran, «el tema no ha sido debatido en la industria» y, si fue hablado, «lo han hecho sólo con algunos dirigentes», mencionó Zuccardi. Las quejas fueron llevadas al ministerio de Producción a fines de mayo, cuando los directivos de la corporación se reunieron con la secretaria de Comercio Exterior, Marisa Bircher, a quien le manifestaron que no estaban de acuerdo con la marcha de las discusiones. En un clima de tensión, la funcionaria les respondió que la decisión estaba tomada y que no iban a volver atrás.
Fuente: Infobae