Después de casi doce horas de sesión, la Cámara de Diputados convalidó la iniciativa que crea dos instrumentos financieros, el Cedin y el Baade, para que aquellos que tienen divisas no declaradas puedan hacerlo sin penalidades tributarias.
La Cámara de Diputados dio anoche sanción definitiva al proyecto de exteriorización de divisas a través de la adquisición de dos bonos con destino a inversión en energía e infraestructura y de una cédula hipotecaria, votado en el Senado la semana pasada. La aprobación contó con 130 votos a favor y 107 en contra. Los votos del oficialismo fueron acompañados por el Espacio Nuevo Encuentro y diputados aliados del Frente para la Victoria. La exteriorización comprende la tenencia de moneda extranjera en el país y en el exterior, o producto de la venta de bienes, al 30 de abril de este año. Están eximidos del pago de los impuestos a las Ganancias, a la Transferencia de Inmuebles de Personas Físicas y Sucesiones Indivisas y sobre los Créditos y Débitos en Cuentas Bancarias. La operación estará abierta tres meses desde la publicación de la norma en el Boletín Oficial.
En una sesión maratónica de casi doce horas, el debate sobre el proyecto penduló entre las acusaciones de la oposición respecto del riesgo que representa el blanqueo para el lavado de dinero proveniente de operaciones ilícitas y la defensa del oficialismo a los controles que se llevarán a cabo para evitar esas situaciones. Para acceder al blanqueo se deberá presentar declaración jurada en la que conste el nombre y el domicilio del titular del depósito y el importe e identificación de la entidad financiera donde se encontraban los fondos. No estarán obligados a informar a la AFIP la fecha de compra de las tenencias ni el origen de los fondos con las que fueran adquiridas. A su vez quedan liberados de toda acción civil, comercial, penal tributaria, administrativa y penal cambiaria.
“Hay que generar las condiciones para que una parte de los 160.000 millones de dólares que se fugaron en las últimas décadas pueda volver y ponerse al servicio de proyectos productivos, como son aquellos que tienen que ver con los temas de la energía o las obras de infraestructura o más concretamente con la construcción y el mercado inmobiliario”, defendió el diputado y presidente de la Comisión de Finanzas, Carlos Heller. La ley autoriza la emisión del Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade) y el Pagaré de Ahorro para el Desarrollo Económico (Cedin), ambos en dólares. Los fondos originados de esa emisión a efectuarse serán destinados a la financiación de proyectos de inversión en energía (YPF) e infraestructura. Por su parte, el Cedin servirá para cancelar operaciones inmobiliarias como si fueran dólares billete.
Durante el debate, parte de la oposición se presentó con carteles alusivos al blanqueo y a denuncias que existen sobre algunos funcionarios o empresarios cercanos al Gobierno. Las leyendas expresaban supuestos agradecimientos por el blanqueo del vicepresidente Amado Boudou, el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime y el empresario Lázaro Báez. “Blanqueo con B de Báez”, enarboló la diputada Patricia Bullrich. Pero el punto más caliente del debate se dio durante los cierres de cada bloque, donde el diputado por la UCR Ricardo Gil Lavedra trató de “corrupto, miserable y poco hombre” al diputado Carlos Kunkel, quien había salido al cruce cuando el radical argumentaba que el blanqueo no traerá al pequeño evasor sino a grandes delincuentes. También hubo chicanas como la de la diputada Cornelia Schmidt-Lierman, del PRO, quien pidió un minuto de silencio porque la aprobación del proyecto implica el entierro del modelo económico kirchnerista.
“Este proyecto busca el ingreso de dinero que provenga de la actividad lícita, que la saca del sistema y lo convirtió en dólares. Ese es el dinero que queremos que se blanquee. El dinero sucio viene de actividades ilegales”, señaló el jefe de la bancada kirchnerista, Agustín Rossi. “Ninguna de las disposiciones de esta ley liberará a las entidades financieras de las obligaciones vinculadas con la prevención de las operaciones de lavado de dinero, financiamiento del terrorismo u otros delitos previstos en leyes no tributarias”, según los considerandos. En ese sentido, el proyecto convertido en ley aclara que quedarán afuera de la exteriorización de capitales los imputados por delitos vinculados con operaciones de lavado de dinero o financiamiento del terrorismo, sus cónyuges y parientes.
La diputada Elisa Carrió aseguró que la medida es “preocupante en términos jurídicos”. “Hay ciudadanos cautivos del pago de impuestos y otros liberados del pago de impuestos. Porque a fin de mes les sacan el porcentaje de ganancias hasta a los jubilados, mientras que otros sacan el dinero a Colonia y ahora lo traen sin pagar nada”, agregó la diputada, quien se refirió a un mercado blue a través del cual se canaliza el dinero que no se declara. Por su parte, el diputado Felipe Solá, de la Unión Peronista, insistió en que la ley aprobada no “exime el riesgo de que el dinero provenga del narcotráfico o de la trata de personas”. “No se investiga la fuga de capitales por la subfacturación de exportaciones y la sobrefacturación de importaciones”, en referencia al análisis realizado por Jorge Gaggero, “un economista con mirada de izquierda, pero piola (sic)”.
El diputado Fernando Solanas aseguró que esta medida se toma ante la falta de una reforma tributaria profunda, a partir de la cual se les cobre a las mineras, que sacan del país “decenas de miles de millones de dólares”. En la misma línea se ubicó el diputado Claudio Lozano, quien aseguró que el Gobierno “está eludiendo el momento (negativo) de la economía”. “Este es el fracaso de la regulación pública que el Gobierno ejerce, lo que se refleja en fuga de capitales, con ajuste devaluatorio y endeudamiento. Detrás de la inflación y la fuga están estos temas. No es una medida concreta para evitar el endeudamiento y la devaluación”, aseguró.
Lozano criticó así la “actitud militante de darle un marco económico a lo que es una condición de excepción (el blanqueo)”. “Es muy difícil entender la épica cuando no se tiene épica y cómo un bloque acompaña convicciones cuando otros no lo hicieron. Antes que diputados somos militantes políticos que llevan adelante un proyecto que cambió el país”, concluyó el diputado Rossi.
Fuente: Página 12