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Día Mundial del Síndrome de Down: la historia de César, un niño que llegó para regalar amor

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Tiene 10 años y vive en el departamento de San Carlos. Su mamá en una entrevista exclusiva para El Cuco Digital contó como un cromosoma de más cambió su vida por completo y la de su familia.

En el marco del Día Mundial del Síndrome de Down, celebrado hoy 21 de marzo, compartimos la historia de Fabiana Valenzuela, una mujer oriunda del distrito de Eugenio Bustos, San Carlos, quien se convirtió en madre a los 38 años de César, su hijo más chiquito y con síndrome de down.

Fabiana, ¿de qué forma te cambió la vida cuando te enteraste que venía César?

Primero que nada lo tomé como una sorpresa por mi edad, pero no sabía que estaba esperando a un niño con síndrome down.2

Lo supe cuando nació y lo tuve en mis abrazos; en ese momento no hice más que llorar, mirarlo mucho y apreciar esos ojitos tan diferentes a los míos pero los más bonitos que vi en mi vida.

¿Cómo afrontaste el desafío?

Al llegar Cesar nos unió más como familia y como padres; para nosotros era un mundo nuevo, miles de desafíos que desde pequeño fuimos afrontando; lo llevamos a terapia de estimulación temprana y desde entonces no hemos parado de acompañarlo y llevarlo a varios lugares para ayudarlo en su desarrollo.

¿Cómo has hecho vos y tu familia para contribuir al bienestar de César?

Desde mi ver como madre lo trato como a mis demás hijos, con más paciencia obvio. Pero siempre estamos aprendiendo del día a día, al igual que mi familia; sus hermanos lo incluyen, toman en cuenta sus decisiones y quejas; lo acompañan, respetan y esperan sus tiempos más lentos. Es más, César se pone a la par de sus hermanos varones cuando se trata de actividades campestres, que es una adoración que él tiene.

¿Qué crees que lo hace diferente aparte de su cromosoma?

Lo entregado y dedicado que es cuando se le mete algo en la cabeza; se desafía así mismo poniéndose obstáculos, además de lo cariñoso y amoroso que es cuando tiene ganas (risas).

¿Crees vos que debería haber más inclusión social?

En lo que a mí me respecta, me ha tocado vivir situaciones en donde ha sido discriminado por otros niños; la mirada de adultos que sin saber ni conocer lo juzga por su apariencia y gestos. Las personas de afuera que discriminan no saben lo que es hasta que lo viven en carne propia.

Un ser down tiene más valor y valores que cualquier otra persona sin ese cromosoma, que lo hace tan especial e inclusivo.

Yo como mamá soy una mamá especial; gracias a Cesar puedo experimentar lo que es vivir con el cromosoma del amor sin medidas.

Por último, ¿crees que deberían haber más centros de desarrollo y estimulación?

Sí, totalmente. Deberían haber lugares más cercas y profesionales más comprometidos tanto con los niños y como con los padres.