El 12 de marzo es el día elegido por la ONU para conmemorar el Día Mundial del Glaucoma, con la intención de concienciar a la población de la necesidad de tomar medidas para prevenir esta grave enfermedad visual que no da síntomas hasta que ya se ha manifestado e iniciado el proceso de pérdida de visión.
La visión perdida no se puede revertir pero sí detener el proceso si se detecta y trata a tiempo. De ahí la importancia de una detección precoz.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el glaucoma es la segunda causa más común de ceguera afectando en la actualidad a 4.5 millones de personas en el mundo y con previsión de alcanzar los 11 millones en 2020. La edad, la raza, el grosor corneal, los antecedentes familiares o el grado de miopía son los principales factores de riesgo, siendo la presión intraocular elevada el único factor de riesgo modificable.
El glaucoma en Argentina afecta a más de 1 millón de personas, prevalece en más del 3% de la población de mayores de 40 años y el 7% de mayores de 75. Esta enfermedad no tratada lleva a la ceguera de forma irreversible y no suele presentar síntomas en sus comienzos. Por esta razón, se lo suele llamar “el ladrón sigiloso de la visión”.
El examen de detección del glaucoma es rápido e indoloro. El oftalmólogo revisa a sus pacientes con diferentes aparatos para observar el fondo de sus ojos y tomar su presión intraocular. En caso de detectar posibles síntomas de glaucoma (presión intraocular alta o algún daño en el fondo de ojo), el oftalmólogo realizará otros estudios para evaluar la necesidad de iniciar un tratamiento.
Si bien la pérdida de visión ocasionada por el glaucoma no se puede recuperar, su progreso se puede detener mediante gotas que reducen la presión en el ojo. Los pacientes con glaucoma deben aplicarse gotas oftálmicas todos los días y hacerse controles periódicos con su oftalmólogo. Es importante destacar que el glaucoma no tratado lleva a la ceguera de forma irreversible.
¿Qué es el glaucoma?
El glaucoma es una enfermedad de los ojos que genera daños irreversibles en la vista. Es peligroso porque no suele presentar síntomas en sus comienzos. Por esta razón, se lo suele llamar “el ladrón sigiloso de la visión”. Pero hay una buena noticia: con un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado, la gran mayoría de los pacientes con glaucoma conserva su visión. Para combatir el glaucoma, así como otras patologías oculares, hay dos estrategias que no fallan: mantenerse informado y asistir al oftalmólogo al menos una vez al año.
¿Que lo causa?
Dentro del ojo hay un líquido transparente que se genera y se elimina constantemente. A veces, por distintas razones, la salida de ese líquido por sus canales naturales se obstruye, lo que aumenta la presión dentro del ojo. Esta presión intraocular alta comprime el nervio óptico y los pequeños vasos sanguíneos que lo nutren, produciendo daños paulatinos pero irreversibles.
¿Qué síntomas presenta?
Habitualmente, el glaucoma no presenta síntomas en sus inicios, así que si los advierte, es posible que su visión ya esté afectada.
Habitualmente, el glaucoma no presenta síntomas en sus inicios, así que si los advierte, es posible que su visión ya esté afectada. A veces puede notar:
- Impulso de cambiar frecuente de anteojos (porque ninguno es satisfactorio).
- Dificultad para adaptar la vista en lugares oscuros.
- Pérdida de la visión lateral. Arco iris en forma de anillo alrededor de las luces. Dificultad para enfocar la vista en objetos muy próximos.
Estos síntomas no siempre son señales de glaucoma, pero si usted detecta alguno de ellos, es conveniente que visite a la brevedad a su oftalmólogo.
¿Cómo se detecta?
El examen de detección del glaucoma es rápido e indoloro. El oftalmólogo lo revisará con diferentes aparatos para observar el fondo de sus ojos y tomar su presión intraocular. En caso de detectar posibles síntomas de glaucoma (presión intraocular alta o algún daño en el fondo de ojo), su oftalmólogo le realizará otros estudios para evaluar la necesidad de iniciar un tratamiento.
Estos estudios forman parte de la consulta habitual. Recuerde: asista a su oftalmólogo al menos una vez por año y evitará sorpresas.
¿Cómo es el tratamiento?
Si bien la pérdida de visión ocasionada por el glaucoma no se puede recuperar, su progreso se puede detener mediante gotas que reducen la presión en el ojo. Los pacientes con glaucoma deben aplicarse gotas oftálmicas todos los días y hacerse controles periódicos con su oculista.
Tenga en cuenta que el glaucoma no tratado lleva a la ceguera en forma irreversible.