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Detección precoz de la escoliosis en niños y adolescentes

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La escoliosis es una deformación tridimensional de la columna vertebral,  que produce una curva con desplazamiento lateral. Vista desde atrás, la columna presenta un aspecto de «S» o de «C» en lugar de una «I» recta, lo que puede provocar que los huesos de la columna giren (roten), originando la denominada escoliosis verdadera, en la cual un hombro, omóplato o cadera está más arriba de un lado que del otro; si no hay presencia de rotación vertebral estamos frente a una actitud postural, lo que nos garantiza una recuperación total, a medida que se corrijan algunos factores que influyen tales como una pierna más corta que la otra, el pie plano, etc…

La escoliosis puede ocurrir a cualquier edad, pero se nota más hacia la adolescencia, razón por la cual es importante la detección precoz en el niño en  edad de crecimiento, porque ayudara a controlar la deformación, evitara el acuñamiento vertebral y frenara el  avance de la escoliosis. Si se acompaña con tratamiento hasta el final del crecimiento, una vez finalizada esta etapa, la corrección esperada será menor que si se trata en tiempo de crecimiento. De forma general aquellas curvas que aparecen a edad más temprana son de peor pronóstico, así como aquellas que evolucionan rápidamente. Las escoliosis idiopáticas (origen desconocido) no suelen dar ningún síntoma, no producen dolor, y en ocasiones las deformidades son leves o las curvas están compensadas, por lo que su detección suele ser a raíz de un reconocimiento médico durante la edad escolar, o bien por los padres que aprecian cierta asimetría en el niño. El tratamiento no quirúrgico consiste en:

  • Observación. Esta opción es adecuada cuando la curva es leve (menos de 20°) o si el niño está cerca de la madurez esquelética. Sin embargo, el médico querrá controlar la curva regularmente para ver que no empeore progresivamente.
  • Corsés (férulas). El objetivo del corsé o férula es impedir que las curvas escolióticas empeoren. El corsé (férula) puede ser efectivo si el niño aún está creciendo y tiene una curva de columna entre 25° y 45°. Esto debe ser acompañado con tratamiento Kinésico dirigido a la corrección de la postura.

Las complicaciones que puede presentar la escoliosis son por un lado la deformidad de la columna que produce un defecto estético, por otro lado las deformidades severas de la caja torácica pueden producir dificultades respiratorias y cardiacas.

¿Cuáles son los signos de escoliosis que yo pudiera ver en mi hijo? La mayoría de los padres notan primeramente que el niño tiene la espalda torcida o el cuerpo luce asimétrico (un lado luce más alto que el otro o el niño luce inclinado). Cosas que podría observar:

  • Camina con la cabeza ladeada.
  • El omóplato (hueso en la espalda) parece salido.
  • Un hombro más alto que el otro.
  • Una pierna más corta que la otra.
  • Se inclina hacia un lado cuando está de pie o caminando.
  • Al agacharse se observa una masa muscular sobresaliente en la columna

Es imprescindible que para poder contribuir en tal sentido exista  un abordaje temprano del paciente y no como ocurre en la mayoría de los casos que toman contacto con el tratamiento cuando el desarrollo corporal ha finalizado. Es necesario que la derivación sea precoz, o sea cuando la maduración esquelética todavía no se ha alcanzado.  Así,  junto con el tratamiento ortopédico -si fuese necesario-, podremos influir de una manera más determinante en el proceso.