El cierre de los casinos estatales en Valle de Uco dejará a decenas de personas (y familias) sin trabajo. Algunas serán reubicadas por el propio Estado provincial, mientras que las que dependían de la parte privada, quedarán “en la calle”. Aunque la desaparición de estas salas de juego ha provocado numerosos comentarios, algunos a favor y otros en contra, lo real y concreto es que muchos de nuestros vecinos ya viven una situación desesperada, a raíz del despido, de la pérdida de la fuente laboral, y de no saber cómo seguirán adelante. A continuación transcribimos una carta publicada a través de Facebook, donde se expresa el dolor y la incertidumbre por la pérdida del trabajo.
“Palos, golpes bajos, calumnias, etc. La verdad de nuestra historia se resume en una sola palabra, ODIO. Nos echan poniendo mil excusas, que eramos ñoquis, luego que por exceso de personal, etc, a lo cual solo respondimos con lucha, una lucha pacífica con nuestro gremio y compañeros. Casi llegando a la recta final, con casi nada de fuerzas y totalmente desgastados llega la noticia del cierre de los anexos de Consulta, Eugenio y Uspallata el 1ro de agosto y en marzo del año que viene Tunuyan y Tupungato. Un balazo entre los ojos realmente. Y vuelven con las mentiras, ahora es el «flagelo» de la ludopatía. Cabe aclarar que la gente se irá al Fuente Mayor, digo, el supuesto problema no se soluciona porque, además de entregarle el juego a los privados, favorecen el mil por mil la timba clandestina, sin hablar del negocio del lavado en estos dos ámbitos. Siento que estamos mas solos que nunca en la vida, abandonados a nuestra suerte porque hasta fueron capaces de atropellar a los gremios y cagarse en todas la leyes y acuerdos paritarios sin hablar de la destrucción sistemática de nuestras vidas. Quiero aclaran que no es un trabajo (que me busque otro como dicen algunos pelotudos), en mi caso al menos era el último vagón del último tren, era mi lugar en el mundo el cual no solo proveía a mi familia sino que me brindaba felicidad y satisfacción personal después de muchos años de sufrimiento y privaciones. A eso sumemos la desastrosa situación del país. Y hoy, a los casi 41 años, volver a empezar de cero por enésima vez. Pues ya no tengo fuerzas, solo dolor, angustia, tristeza y desesperación. Gracias Alfredo Cornejo, gracias por destruirnos la vida sin ningún tipo de piedad. Ya casi ni ganas de respirar me quedan”.
(Publicado por Luis Jarpa en FB)